SITGES 2009: REC 2 crítica

Return to House on Haunted Barna El 13 Rue del Percebe ataca de nuevo, esta vez con cuerpos especiales armados hasta los dientes Por Beto

<De nuevo a vueltas con la famosa niña Medeiros (que no es la hija del cantante pastelosillo de nombre Glenn que nos aturulló cuando éramos jóvenes imberbes allá por los 80). Continuando la acción en el punto en que se acabó la primera parte, el binomio Balagueró & Plaza nos traslada otra vez al edificio infestado de zombies ciertamente peculiares.

   Poca cosa hay que contar, ya que estamos ante más de lo mismo pero con un resultado menos fresco que el de Rec. Cambiamos el cámara de televisión por unos cascos de GEOS con cámaras de vídeo incorporadas y… ¡a jugar! Exceptuando el papel que juega en la película el cuarteto de mozalbetes que se cuela incomprensiblemente en el edifico y que cantan más que una almeja en medio del desierto, compramos el resto del producto.

"Es que solemos fumar canutos con el hijo del productor..." 

   Tal vez alguno de los niñatos es hijo de alguien famoso y se vieron obligados a meterlos con calzador, porque parece que el único objetivo haya sido enchufarlos delante de la cámara para que luego salga el sol por donde sea, ya que tras la conversión de uno de ellos no se vuelve a saber nada del destino de los otros: si han sido convertidos en teen-zombies, si consiguen esconderse y salvarse, si se aburrían y montaron una fiesta Rave con los transformados vecinos de la escalera…

   También patina el hecho de que Manuela Velasco, protagonista de la primera parte, esté poseída y espere al final para mostrarse tal y como es para lograr su propósito final, que no es otro que largarse del edificio. Si hubiese querido, podría haberse cargado a los GEOS nada más poner un pie éstos en el edificio, suplantar la voz del cura que entra con ellos cual ventrílocuo de turno, y largarse tan tranquilamente. Para nada le era pues necesario subirlos al ático para acabar con ellos. Mejor hubiese sido explotar más el personaje de la niña Medeiros, lo más cañero de la película, sin duda alguna, y del cual esperábamos más protagonismo en esta segunda entrega.

   En cuanto a los peculiares zombies que salen, es cierto que son muertos vivientes, pero a diferencia del zombie clásico, éstos están poseídos por el Demonio, elemento novedoso donde los haya. Y no sólo eso, porque el Demonio puede ponerse en contacto con los humanos por medio del zombie, o sea, ponerse a hablar como una cotorra y decir cosas del estilo “¿Has visto lo que hace la puta de tu hija?”

   En cambio, a la hora de liquidarlos se vuelve a la fórmula tradicional de volarles la cabeza. También corren como si llevasen un cohete en el culo, norma habitual del zombie moderno (debe ser cosa del estrés de la vida moderna, que afecta hasta a los muertos vivientes), y son muy rabiosos, al estilo de los que aparecen en 28 días después o en la reciente La horde. Un encanto de criaturas…/>

"Sí que lo veo, mearse en la alfombra la muy guarra"