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DRIVE crítica: ¿Te gusta conducir?

   

¿Te gusta conducir?

Cine negro del bueno con un prota que conduce más
rápido y furioso que Vin Diesel y Paul Walker juntos

Por Chema Pamundi

 

<El anónimo protagonista de Drive (no nos enteraremos de su nombre en ningún momento de la película), sabe conducir como Dios. De día tiene un trabajo más o menos normal (que no cabe explicar aquí, porque se desvela como golpe de efecto a los diez o quince minutos de metraje, en una escena filmada con una inteligencia acojonante), pero por las noches se saca un sobresueldo como conductor para ladrones que necesitan un medio de escape fiable. El tipo es un profesional hasta la médula: cuando le contratas te da cinco minutos. Si consigues dar tu golpe y volver al coche antes de ese tiempo, hará todo lo que esté en su mano para sacarte de la escena del crimen (esto se ve en una larga secuencia introductoria, que establece el tono de toda la cinta). En cambio, si llegas un segundo tarde “ahí te quedas”.

   No sé si Drive, que arrancó en el pasado Festival de Cannes con una ovación atronadora y el premio al mejor director para Nicolas Winding Refn, merece ser considerado el mejor filme del 2011 como dicen algunos; pero chico, que me aspen si no es el más cool. Lo que tenemos aquí es una clásica pieza de cine negro con todos los elementos que cabría esperar: hampones, engaños, mujeres fatales, triángulos amorosos y una bolsa llena de pasta. Por concepto, aspecto visual y naturaleza dramática, Drive es una película que parece haber cruzado el túnel del tiempo directamente desde la década de los setenta. De hecho, aunque el guión adapte una novela de idéntico título publicada en 2005 por James Sallis (quien la escribió en un tono que pedía a gritos que alguien la llevara a la gran pantalla), guarda también muchísimas similitudes con The Driver, otra cinta de robos y conductores profesionales dirigida por Walter Hill en 1978, y con Ryan O’Neal de protagonista.

 

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"Y si participara en la carrera de los Autos Locos, conduciría para los Pandilleros"

 

   Sin embargo, en Drive Nicolas Winding Refn no se ha limitado a homenajear miméticamente sus títulos favoritos (o sea, no estamos ante otro aspirante a convertirse en el nuevo Quentin Tarantino), sino que más bien ha optado por analizarlos en detalle y deconstruirlos. Dicho de otro modo, Drive no busca imitar a los clásicos para alcanzar la excelencia, sino que quiere entrar a formar parte de ese club por méritos propios. Así, aunque su guión plantee muchas de las tramas y complicaciones típicas del género noir, se las ingenia para retorcerlas y solucionarlas casi siempre de manera inesperada, dando al conjunto una inquietante sensación de impredecibilidad. ¿Va a palmarla el protagonista? ¿Se va a llevar a la chica? ¿A dónde va a ir a parar el dinero robado? Por una vez, hasta el mismísimo final de la función no tendremos ni puñetera idea de las respuestas a dichas preguntas; lo cual, en los tiempos que corren, es una sensación gloriosa para cualquier espectador de cine.

   A Nicolas Winding Refn le gustan las historias centradas en sociópatas, personajes que de algún modo no encajan en el entorno donde les ha tocado moverse. Así le ocurría al desafiante criminal del alucinado drama carcelario Bronson, y también al tuerto y mudo guerrero vikingo de Valhalla Rising. Y por supuesto, así ocurre también con el estoico protagonista de Drive, que parece compartir cromosomas con otros antihéroes del cine igual de impertérritos y misteriosos, desde el pistolero sin nombre de El jinete pálido hasta el samurái ciego de Zatoichi.

 

  "El estoico protagonista de Drive parece compartir cromosomas con otros antihéroes del cine igual de impertérritos y misteriosos como `El jinete pálido` o `Zatoichi`"  

 

   El filme nos da cero detalles sobre su pasado (en la novela sí estaban, pero el guionista Hossein Amini ha decidido acertadamente prescindir de ellos y convertir al personaje en un icono arquetípico). Aún así, por su comportamiento vislumbramos que probablemente ha andado metido en cosas turbias y ha pegado algunos tiros. Su “brújula moral” resulta de lo más peculiar: es capaz de actuar como caballero andante con la chica de turno, a la par que se involucra con todo tipo de mafiosos y atracadores sin pestañear ni hacer preguntas. No es muy hablador ni muy dado a exteriorizar sus emociones. El dinero no es lo que le mueve. Si hay que ponerse a repartir hostias no es de los que se quedan cortos, pero en principio solo quiere que le dejen en paz. No lleva armas, ni toma parte activa en los robos. Él solo conduce.

   Este individuo es el centro y alma mater de Drive, el imán que te mantiene pegado a la butaca conteniendo la respiración. Obviamente, todo el mérito en este apartado es de Ryan Gosling, actor con una variedad de registros sorprendente (supongo que por su físico y su “cara de nada”) y que aquí vuelve a partir la pana con otro recital de interpretación minimalista, de contención gestual llevada al límite (a veces menos es más; así de sencillo). Bajo su apariencia externa lacónica y distanciada, parece mantener bajo control un volcán emocional a punto de entrar en ebullición. Sin hacer absolutamente nada, Gosling emociona.

 

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"Dile a Vin Diesel que en Fast & Furious 6 voy a ponerlo mirando a Cuenca"

 

   A su alrededor giran una galería de secundarios despampanantes, entre los que cabe destacar sobre todo a Bryan Cranston (el mentor del héroe), a Carey Mulligan (la chica; siempre hay una chica), y a la pareja formada por Albert Brooks y Ron Perlman (los mafiosos; siempre hay mafiosos). Decisiones de casting, todas ellas, que desafían los cánones hollywoodienses más típicos, y que precisamente por eso aumentan la credibilidad y frescura de la historia (nunca imaginé que un comediante como Brooks daría tanto miedo haciendo de hampón).

   Todos los demás apartados de Drive (cuyo título no solo hace referencia a las habilidades del protagonista, sino también al concepto de “tirar palante”, de ir haciendo limonada con los limones que la vida te pone a tiro), se cuentan igualmente por aciertos: está fantásticamente bien escrita (funciona de perlas como película de acción, como historia de amor y como thriller), filmada con la mezcla perfecta de pausa y adrenalina (incluyendo dos o tres latigazos de violencia explícita bastante tremebundos), goza de una cuidada puesta en escena que transmite un indefinido aroma vintage (a medio camino entre la gélida crudeza setentera y la ostentosa decadencia ochentera), y está punteada por una banda sonora sobresaliente, que combina melodías originales del siempre exquisito Cliff Martínez con una selección de temas ajenos, que parecen rescatados de la cubeta de saldos de una tienda de CDs (desde compositores olvidados como Riz Ortolani hasta tronados artistas de electropop como Kavinsky, The Chromatics o College), pero que le sientan a la película como un puto guante. Drive es seductora y peligrosa, luminosa y oscura, tierna y atroz (a veces todas esas cosas en una misma escena). Así de buena, así de grande, es Drive. Una película que pisa a fondo./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Venus Hall of Fame
     
     
  Recomendada por Kuato a: los que gusten de los diálogos lapidarios, Drive tiene unos cuantos (cuando el mafioso quiere estrechar la mano del protagonista tras verle conducir, éste le dice “tengo las manos sucias”, a lo que el hampón contesta “no se preocupe, yo también”).
     
  No recomendada por Kuato a: quien se deje engañar por el tráiler y crea que va a ver una simple variante de Fast & Furious. En Estados Unidos una espectadora ha demandado a la productora de Drive por publicidad engañosa. Como suele decirse: “margaritas a los cerdos”.
     
  Ego-Tour de luxe por: la estampa del protagonista (sempiterno palillo en la boca, guantes de conductor y chupa blanca con bordado de un escorpión dorado), acaba de entrar por derecho propio en el panteón de los tipos duros más molones desde el Steve McQueen de Bullitt.
     
  Atmósfera turbínea por: cierto miedito a que Hollywood malogre la prometedora carrera de Nicolas Winding Refn ofreciéndole proyectos que no hagan justicia a lo visto en Drive. Lo digo porque al parecer su nombre suena para dirigir el remake de La fuga de Logan

 

 

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5 Respuestas

  1. Anónimo
    K-PAX<br />Yo también creo que Gosling pone ese careto porque no sabe poner otro... aún así, la peli es buena.
  2. Anónimo
    McQueen<br />I agree con todo.
  3. Anónimo
    Elsorro<br />Fasinante. Censillamente fasinante.
  4. Anónimo
    Pizjoan<br />Sera todo lo buena que querais, pero a mi me fallan dos cosas; la primera el final, que no desvelaré, pero que no me lo creo. Y lo otro que me falla es este protagonista tan inexpresivo. Esto no es ser actor, esto no es saber ser actor. Pone la misma cara en toda la pelicula y es una cara sin expresion- ¡Feliz año!
  5. Anónimo
    Morituri<br />Obra maestra.

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