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SUPERMAN crítica: Un kryptoniano y su perro

Versión de Superman que inaugura la nueva etapa superheroica jamesgunniana de Warner-DC

CHEMA PAMUNDI

Leí el otro día una frase de Alan Moore que me viene bien para empezar a ordenar reflexiones sobre la nueva iteración cinematográfica del superhéroe más importante de todos los tiempos. Resumiendo un poco, Moore venía a decir, “No es tarea de los artistas darle al público lo que este quiere, sino lo que necesita.” Se me ocurre que quizá la principal diferencia entre el éxito que cosecharon las películas de Marvel en el periodo 2008-2019, y la cadena de fracasos y decepciones que sufrieron casi todas las de DC en esos mismos años, fue que Marvel supo darle al público lo que este necesitaba (¿quién imaginaba, en 2009, que necesitábamos una cinta sobre Iron Man?), mientras que DC siempre pareció desesperada por ofrecerle al público lo que creía que este quería… y no acertó nunca.

Eso dio lugar a constantes proyectos cancelados, cambios de casting, personajes quemados, sagas dejadas a medias y un universo fílmico en general deslavazado, sin coherencia interna; y así llegamos a este 2025, con un James Gunn que parece dispuesto a poner orden en la casa, dándole carpetazo definitivo al desastrosamente equivocado Snyderverse y apretando el botón de reinicio. Su carta de presentación, este Superman, es una obra mucho más dubitativa y menos arrolladora de lo que prometía, pero al menos por una vez se respira cierta sensación de que al volante de la franquicia DC hay alguien con criterio, con una visión de conjunto y con algo similar a un plan a largo plazo. James Gunn se está esforzando por darle al público lo que necesita, no lo que quiere, y eso merece un voto de confianza; aunque por desgracia, ya digo, su Superman solo funcione a ratos.

 

"Sobre todo no me hagas un bombo como en Superman Returns"

 

Empecemos hablando de esos ratos. Esta es sin duda la versión del Hombre de Acero que más directamente bebe de los tebeos, con una cantidad de referencias sutiles que harán dar palmas de alegría a los fans más eruditos. Se aprecian ecos de algunas de sus mejores sagas (“Superman All-Star“, “Kingdom Come”, “Superman: Las cuatro estaciones”…), y un cierto desenfado tonal que demuestra que Gunn conoce bien las fortalezas del personaje, y que no solo no se avergüenza de su naturaleza pulp (un complejo que ha afectado en mayor o menor medida a todos los directores post Richard Lester), sino que lo abraza y lo exprime con cierta sabiduría. Hay muchos toques de humor espolvoreados por todo el filme, y aunque la mayoría de ellos sean más de sonrisa amable que de carcajada, en general entran bien.

Además, Gunn acierta bastante en el apartado visual: David Corenswet tiene la planta física y el encanto gestual adecuados para enfundarse el traje azul y rojo (aunque Christopher Reeve sigue manteniéndose como un ideal que parece inalcanzable), la película despliega un glorioso aspecto “four color” que remite a la era dorada de los cómics (el perro Krypto, los robots que operan en la Fortaleza de la Soledad, un Lex Luthor que por primera vez se parece a Lex Luthor…), y las escenas de acción son contundentes; los combates en pleno vuelo, sobre todo, están rodados con un sentido de tridimensionalidad y de escala que hace mucho por espectacularizarlos.

Superman se disfruta y no aburre, pero tampoco logra epatar ni emocionar”

Pero como ya he apuntado, hay otros aspectos importantes donde Superman tropieza, y a ratos incluso cae de bruces. Casi todos ellos tienen que ver con carencias del guion y el desarrollo dramático del protagonista. Quiero pensar que buena parte del problema viene de la necesidad de presentar a toda una legión de personajes nuevos o “rebooteados”, que han quitado espacio para contar otras cosas interesantes; pero el caso es que la historia principal es ramplona, que muchos de sus giros narrativos son un disparate, que su diatriba moral sobre los inmigrantes, las fake news o esa versión de pacotilla del conflicto de Gaza exaspera por obvia, superficial y lacrimógena, que algunas subtramas secundarias son directamente bochornosas (todo lo relativo a Jimmy Olsen), que su Lois Lane es la versión más insulsa jamás vista de la intrépida reportera, y que el eterno trauma fundacional que sufre Kal-El al no ser aceptado del todo por los terrícolas está ilustrado mediante discursos tan cliché, tan básicos, que quizá no pasarían el corte de calidad de un culebrón de sobremesa.

Paradójicamente, la escena mejor escrita de toda la función es justo una escena de puro diálogo, una bronca de pareja disfrazada como entrevista de Lois Lane a Superman, con un estupendo duelo interpretativo entre ambos actores y un agudo intercambio de sartenazos dialécticos, acerca de los dilemas éticos derivados de fiar la paz mundial a un justiciero con capa. Una vez acabada de ver la película, ese momento vuelve a tu memoria y pone de manifiesto hasta qué punto el resto del libreto carecía de punch, y hasta qué punto el talento dramático de la actriz que interpreta a Lois, Rachel Brosnahan, ha sido desaprovechado.

 

"Si me ponen la melenita de Jesse Eisenberg, me niego a salir en la secuela"

 

En conjunto, Superman se disfruta y no aburre, pero tampoco logra epatar ni emocionar, salvo en algunos chispazos que apuntan hacia personajes y situaciones que se desarrollarán en títulos venideros (la breve aparición de Supergirl es un fabuloso soplo de aire fresco, que invita a albergar cierto optimismo). Hay tantos aciertos como tiros al palo: las escenas de los padres adoptivos de Clark Kent son tiernas y elegantes, pero la reescritura radical que se ha hecho de Jor-El, su padre biológico, resulta muy discutible. Está muy bien que reinicien el universo DC con una versión más moderna y descarada, pero resulta algo torpe que les concedan tantos minutos en pantalla a héroes nuevos tan mal explicados y tan justitos de carisma como Mr. Terrific, Metamorfo, Angela Spica o Ultraman; y lo que ya es para enfadarse de verdad es que introduzcan a un personajazo como el Green Lantern Guy Gardner, pero sus intervenciones tengan tan poca sustancia que acabes pensando que sobra.

Superman es un personaje difícil de escribir bien. Tienes que encontrar un equilibrio adecuado entre su cara más festiva y la gravedad propia de un dios todopoderoso que vive entre los mortales. Zack Snyder solo entendió esta segunda parte y por eso sus películas son un ladrillo. Brian Synger estuvo cerca de conseguirlo (Superman Returns no merecía la falta de cariño con la que fue acogida), pero se pasó de melancólico y llevó al personaje a un cul-de-sac narrativo que hacía muy difícil expandirlo con secuelas. James Gunn demuestra potencial, pero esta dista muchísimo de ser su obra más redonda (lo sigue siendo Guardianes de la galaxia). Es divertida, aunque tambien aturullada y poco pulida. Efervescente mientras la consumes, pero poco memorable después. Como la gaseosa. Viniendo de donde venimos, es un correcto episodio piloto, y desde luego mejora la etapa más reciente de Marvel. Pero si DC no quiere verse teniendo que hacer otro reset dentro de 4 o 5 años, aún le queda trabajo por delante.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: quien ya haya tirado la toalla con Marvel, pero no con el resto del cine de superhéroes.

No recomendada por Kuato a: quien esté esperando un Superman que destrone al original de Richard Donner, puede seguir esperando.

Ego-Tour de luxe por: mandar a tomar viento la turra del Snyderverse.

Atmósfera turbínea por: ¿hipnogafas? ¿Que Clark Kent lleva hipnogafas y por eso no le reconocen? Anda, acuéstate, James Gunn.

 

SUPERMAN. “Superman” (2025). Guión y dirección: James Gunn. Reparto: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult, Nathan Fillion, Isabela Merced, Milly Alcock, Frank Grillo, Alan Tudyk, Sean Gunn. ESTRENO EN VENUSVILLE: 11/07/2025.

 

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