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No es país para Emilio Aragón Emilio Aragón se deja de circos, televisión y Por Ray Zeta |
<Un western crepuscular combinado con una historia de narcotraficantes a mayor gloria de Robert Duvall, dirigido por Emilio Aragón, no digan que no les sorprende. ¿Emilio Aragón? Sí, Emilio Aragón. ¿El Milikito de “Los Payasos de la tele” y el cómico de “Ni en vivo ni en directo”? ¿El presentador de los programas “VIP” y “El gran juego de la oca”? ¿El protagonista de la serie Médico de familia y cantante de “Te huelen los pies” y “Cuidado con Paloma”? El mismo, además de fundador y propietario de la productora televisiva Globomedia de la Sexta. ¿Y qué hace Emilio Aragón dirigiendo una película así? Pues miren por dónde, ahora también es director de cine. Ya dirigió en 2010 la tragicomedia española Pájaros de papel y ahora ha querido probar la aventura americana, nunca mejor dicho, rodando en inglés una historia tan americana como ésta con un reparto internacional.
Pero ay, que una cosa es rodar una historia de casa como la de Pájaros de papel, de cómicos ambulantes de post-guerra que en la línea de ¡Ay, Carmela! y El viaje a ninguna parte buscando la lagrimita facilona, y otra muy distinta meterse en un western fronterizo como No es país para viejos, con vaqueros texanos y narcotraficantes mexicanos, por mucho Robert Duvall que se tenga, que Emilio Aragón no es ni mucho menos un tercer hermano Coen. Así que vaya por delante que Una noche en el viejo México es una peli fallida en todos los sentidos, tanto en su parte de western como en su parte de thriller de acción, y hasta en su parte emotiva. Lo que era de esperar, ya que si todo un Álex de la Iglesia pinchó con Perdita Durango por su desconocimiento en el género tras dos pelis tan personales como Acción mutante y El día de la bestia, no es raro que también haya pinchado nuestro Milikito con sólo Pájaros de papel a sus espaldas.
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El principal motivo del fracaso de Una noche en el viejo México es que Aragón no ha sabido combinar en ningún momento los diferentes géneros que tenía entre manos, desarrollándolos por turnos a modo de episodios inconfesos. Empieza como un western crepuscular con un Robert Duvall ejerciendo de viejo vaquero acabado que decide correrse una última juerga en la frontera mexicana con su recién conocido nieto (el inglesito Jeremy Irvine, que aquí ejerce de aspirante a cowboy), continúa con la subtrama amorosa de Angie Cepeda (colombiana que ejerce de streaper-cantante mexicana que enseña las tetas; no se quejen, que las protagonistas de Memorias de una geisha eran todas chinas y bien que se lo tragaron), y acaba, ahora sí, con la subtrama de narcos a lo No es país para viejos. El resultado, una obra lenta y aburrida que arranca demasiado tarde, poco creíble en su conjunto, y desaprovechada en sus triunfos potenciales por su mala estructuración.
"Una cosa es rodar una historia de casa como la de Pájaros de papel, y otra muy distinta meterse en un western fronterizo como No es país para viejos" |
A pesar de tener a Robert Duvall de protagonista encarnando a un personaje que le va como anillo al dedo (en este caso deberíamos decir como sombrero a la cabeza), y que, como era previsible, está tan hecho a su medida que lo borda sin necesidad de interpretar. Le bastan dos miradas y dos líneas de diálogo para resumir una vida de 80 años, que o mucho me equivoco o no sería muy diferente a la suya si no se hubiese dedicado al oficio de actor (un rancho, caballos, cerveza y putas mejicanas: la felicidad de un cowboy hecha realidad). Peor está explicada la relación con su nieto, y eso que Clint Easwood le sirvió un modelo cojonudo para describirla con Aventurero de medianoche, la road movie que rodó en 1982 a ritmo de country con su entonces hijo adolescente Kyle. Quizás Emilio Aragón no ha querido que esta vez se le tache de llorón facilón como sucedió con Pájaros de papel y por eso se ha contenido más de la cuenta, no fuera que se pasara con el azúcar y le saliera un western a lo Brokeback Mountain.
"Más de 40 años de El padrino y aún me sirve para ligar"
Aunque lo que se lleva la palma por ridículo es la parte final en forma de thriller de acción con la subtrama de los narcotraficantes. Narcotraficantes mejicanos chungos, con asesinos mejicanos aún más chungos (de esos bigotones y barrigones sudados que hacen las delicias de Robert Rodriguez) en busca de una bolsa de mano con dinero, y un vejete y un adolescente enfrentándose a ellos (a veces incluso sin armas) como si del juego del “corre que te pillo” se tratara. Narco que barriendo para casa interpreta Luis Tosar puramente a modo testimonial (también sale Javier Gutiérrez en un mini-papelín), pues no tiene ni metraje ni escenas suficientes para componer un personaje con cara y ojos. Sale, trinca la pasta, pega un par de tiros, se enfrenta a los protas y listos. O mejor dicho los protas se enfrentan a él. ¿Se atreverían ustedes a enfrentarse cara a cara a un capo mejicano como el que interpreta por ejemplo Joaquín de Almeida en Desperado? Pues los dos personajes principales de esta película, ya está visto que sí.
Por todo ello a modo de vidente, me atrevo a lanzar dos predicciones: que la próxima película de Emilio Aragón como director (si es que la hay) será en España, y que no será un thriller de acción. Cada uno a lo que sabe, Emilio, y tú no sabes nada de narcos mexicanos, más allá de haber visto como todos No es país para viejos. Tú sabes de payasos y del mundo de la televisión, así que mejor que tu próxima peli sea una biografía de Charlie Rivel, el payaso Ronnie MacDonald o Krusty el payaso, o esté en la línea de Quiz Show, Concursante o Slumdog Millionaire, y que esté protagonizada de nuevo por Imanol Arias o similares, en vez de por Robert Duvall. Déjales los westerns fronterizos a Robert Rodriguez y a los hermanos Coen, y regresa a las comedias sensibleras que es lo tuyo, que con Una noche en el viejo México has demostrado que Estados Unidos no es país para viejos ni para ti./>
INFORME VENUSVILLE |
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Sentencia Quaid: Congelada en carbonita |
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Recomendada por Kuato a: nostálgicos de la televisión que recuerden a Emilio Aragón con smoking y deportivas blancas. |
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No recomendada por Kuato a: amantes de los westerns fronterizos, No es país para viejos y el cine de Robert Rodriguez. |
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Ego-Tour de luxe por: la canción principal “Sigo aquí”, compuesta por Emilio Aragón. Al César lo que es del César. |
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Atmósfera turbínea por: hombre, si Angie Cepeda enseña las tetas, ¿por qué diantre nos las escatima filmándolo en un plano desde atrás?. |
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