<El caso de M. Night Shyamalan es digno de figurar en los libros de Historia del cine como ejemplo de carrera gafada. Cómo alguien que se dio a conocer por su talento, originalidad y buena dirección en títulos como El sexto sentido y El protegido, disputado por los mejores estudios de Hollywood, ha ido empeorando hasta facturar obras dignas de la letrina más repulsiva como Airbender: El último guerrero y After Earth, hasta ser considerado veneno para la taquilla y cerrársele todas las puertas que un día le pusieron la alfombra roja. O ha sido substituido por un extraterrestre en plan ultracuerpo, o un genio le concedió tres deseos que ya ha agotado, o le sonó la flauta por casualidad.
El caso es que el dire de Filadelfia, erre que erre, no está dispuesto a tirar la toalla y ha amenazado con volver a la carga, como no podía ser de otra manera, con una película escrita y dirigida por él, que ya no estará enmarcada en el género infantil (no nos extraña tras los últimos resultados obtenidos), sino que será un thriller como los éxitos de sus inicios (más quisiera). Su título será Sundowning, y aunque no tiene aún producción asignada, Shyamalan ha adelantado su argumento: “una madre y sus dos hijos visitan a los abuelos y las cosas se tuercen”. Sin más detalles, aunque el término “sundowning” da alguna pista, ya que se trata del término médico que define una disfunción psicológica que cursa con demencia, insomnio, ansiedad y cambios de humor.
Pues muy bien, hombre, le deseamos lo mejor aunque ahora mismo no damos ni un euro por él, no después de haber visto sus dos últimas películas. Está claro que Shyamalan ha perdido su mojo, así que hasta que el extraterrestre que ocupa su cuerpo no lo libere, un genio vuelva a concederle tres deseos, o vuelva a sonarle la flauta, no se redimirá./>
M. Night Shyamalan toma apuntes de lo no que no deberá hacer en Sundowning
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