Dawning; Redux Redux; Sisu: Camino a la venganza; Obsession
Este año me pierdo los dos últimos días de festival debido a un inoportuno viaje a Londres (a ver, lo de “inoportuno” es una forma de hablar; tampoco es que me vaya allí a sufrir: voy a ver un partido de la NFL y el musical Hamilton), de modo que he tenido que concentrar mis cuarenta y pico títulos habituales en dos días menos. Eso significa, claro, más cansancio mental y físico y menos tiempo del habitual para escribir estas crónicas. Espero que no se haya notado mucho en el resultado. En cuanto tenga tiempo repasaré todas las crónicas para limpiarla de erratas.
Lo que yo sí he notado, ya que hablamos del cansancio, es un fenómeno nuevo derivado de la falta de sueño: en tres o cuatro películas he dado cabezadas, que no han llegado a durar más de 10 o 15 segundos, pero durante las cuales mi cerebro me ha hecho soñar escenas enteras inventadas para rellenar esos huecos en los que estaba dormido. La sensación ha sido para flipar, porque dichas escenas alternativas tenían sentido por sí mismas y eran bastante nítidas, pero claro, al despertarme y seguir con la película me quedaba desorientado porque algo no cuadraba. Una de las veces, soñé que el protagonista agarraba un hacha, y luego me pasé 10 minutos bien buenos pensando “¿Pero este colega no llevaba un hacha? ¿Por qué no la usa?” Fijo que algunas de las cintas que he visto en la presente edición, como Rabbit Trap o Monster Island, hubieran mejorado de manera sensible si me hubiera quedado frito al empezarlas y las hubiera soñado enteras…
A continuación, os reseño cuatro muy reales:

Mr. Sandman, bring me a dream... in Sitges
DAWNING (Patrik Syversen, Noruega, 2025)
Trailer, fotos, sinopsis y ficha
Tres hermanas adultas se van un fin de semana a una cabaña en el campo para hacer “bonding”, después de que una de ellas, la más joven, haya intentado suicidarse. Las cosas empiezan a torcerse cuando la hermana mayor recibe una llamada telefónica informándola de que su madre acaba de morir, y esto abre un debate con la hermana mediana sobre si es mejor explicarle lo sucedido a la pequeña, o no agobiarla y esperar a que vuelvan a la ciudad. La aparición de un desconocido, pidiendo ayuda porque su camioneta le ha dejado tirado, cambiará ya por completo la dinámica imperante. Las cosas nunca volverán a ser igual para las tres mujeres.
Dawning bascula entre el presente, rodado en un blanco y negro muy contrastado, escenas del pasado rodadas en colores cálidos, que básicamente muestran una cena en la que las hermanas y sus respectivas parejas mantienen un animado debate sobre multiversos (con referencias tanto a Marvel como a profundas teorías científicas y filosóficas), y una serie de entrevistas a cada una de las tres mirando a cámara, que tienen un tono más onírico y que, hasta las escenas finales, no sabremos si están situadas en el pasado, el presente o el futuro.

"Nos llamamos María Emilia, María Eugenia y María Laura"
Todo lo anterior parece querer darnos una visión existencialista de la vida, de naturaleza caprichosa y carente de sentido intrínseco. Por eso también se menciona el horror cósmico de Lovecraft; y por eso la cinta, que empieza como un pausado psicodrama bergmaniano dominado por largas conversaciones de sobremesa, gira de pronto hacia un estallido de violencia inmisericorde y cierta ruptura de la cuarta pared, como si el Michael Haneke de Funny Games hubiera secuestrado el rodaje pistola en mano.
Dawning es un ejercicio de terror seco que hiela la sangre por su absoluta inevitabilidad, su ausencia de esperanza para el espectador (lo que voy a decir le va a sonar a chino a mucha gente, pero lo primero en lo que pensé al terminar el pase fue en el juego de rol "Ten Candles"). A nivel formal la cinta es una filigrana, con una fotografía austera y contundente, una música espeluznante y hallazgos visuales que dejan boquiabierto, como cierta escena especialmente horrible que es repetida desde tres perspectivas distintas, para que veamos en todo su macabro detalle lo que ha ocurrido. Habrá a quien no le convenza la mezcla de elementos que propone Dawning, por encontrarlos forzados o gratuitos. Yo he salido de la sala con la película puesta, y no me la he quitado de encima en todo el día.
Venusentencia: Copas de yate

REDUX REDUX (Kevin McManus y Matthew McManus, EUA, 2025)
Trailer, fotos, sinopsis y ficha
Irene, una mujer obsesionada con el secuestro y asesinato de su hija adolescente por parte de un psicópata, se dedica a viajar entre universos paralelos para matarlo una y otra vez. Los cambios de un universo a otro son mínimos, así que ya sabe dónde localizar al tipo y cómo liquidarlo de la manera más eficiente. Aunque claro, con el efecto mariposa ya se sabe: esos “cambios mínimos” a veces pueden dar lugar a importantes adversidades.
Redux Redux es un thriller de ciencia-ficción con espíritu ochentero y un guión tan arriesgado como redondo, que nunca deja de evolucionar hacia iteraciones cada vez más interesantes, de aumentar la complejidad del trasfondo que plantea y de alimentar el desarrollo de los personajes principales (vamos a tope con Irene, incluso cuando mete la pata hasta el fondo, porque empatizamos con su dolor y su callejón sin salida emocional); y todo ello, sin perder ni un ápice de ritmo ni hacerse farragoso. Porque esto también es, en parte, una cinta de acción y aventuras.

"Al menos no suena el tema 'I Got You Babe' de Sonny & Cher"
Las explicaciones científicas se mantienen al mínimo necesario para poder seguir la trama, pero no caen en “Lo hizo un mago”: sencillamente, la versión del universo del que es originaria Irene es la única de todas las que ha visitado en la que se ha desarrollado la tecnología de salto interdimensional; con esa información, vamos más que sobrados.
Bajo su carcasa de cine independiente de presupuesto modesto, Redux Redux es una de las propuestas de ciencia-ficción más inteligentes y sofisticadas de la temporada. Adrenalítica, conmovedora y satisfactoria en todos sus apartados. La película de multiversos que necesitábamos y que Marvel no nos había dado.
Venusentencia: Copas de yate

SISU: CAMINO A LA VENGANZA (Jalmari Helander, Finlandia, 2025)
Trailer, fotos, sinopsis y ficha
Una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, el silencioso protagonista de la primera Sisu, Aatami Korpi, se interna en una antigua zona finlandesa anexionada por la Unión Soviética, desmonta la casa en la que vivía allí con su mujer y sus hijos (asesinados durante la contienda) y la mete tabla a tabla en un camión, para llevársela y volverla a construir de vuelta en Finlandia (no, no es broma). Por algún motivo, a los soviéticos esto les toca mucho las narices, de modo que deciden lanzarse a la caza de Korpi, invirtiendo en ello una cantidad de recursos bélicos del todo desmesurada.
Desde que se supo que Sisu, la gran triunfadora de Sitges 2022, iba a tener una continuación, estuvo claro que dicha secuela solo podía tirar por un derrotero: subir el nivel de las idas de olla todavía más que la primera entrega. Quedaban las dudas de saber si, dejando eso de lado, la cosa iba a tener algún sentido a nivel de trama, si iba a aportar algo nuevo al personaje y si el mayor presupuesto iba a significar una película en general mejor. La respuesta a estas tres dudas es que no. Sisu: Camino a la venganza es una mera colección de burradas, con la única regla fija de que cada cosa que ocurre debe ser más delirante que la anterior. Te acaba ganando, pero es más por aturdimiento que otra cosa.

"Es la última vez que compro armamento marca Acme"
El planteamiento de la historia apenas dura 5 minutos y es una mera excusa para justificar el inicio de los tiros y las explosiones. El antagonista principal es un tal Igor Draganov, asesino interpretado por un Stephen Lang que da la sensación de haber cobrado mucho más de lo que merecía por su participación en esto: en la primera mitad de la función le vemos hacer cuatro chorradas (mirar a cámara con ojos intensos, tirar un cóctel molotov o pedir por radio un ataque aéreo con la frase “Desatad el infierno”), y en la parte final el montaje rápido de planos intenta malamente disimular que el actor, de 73 años, ya no está en forma como para coreografiar un combate cuerpo a cuerpo contra el protagonista.
Sisu: Camino a la venganza trata de compensar su falta de factor sorpresa, su guión forzado y sus villanos de segunda (los soviets, y esto lo sabe hasta Indiana Jones, molan menos que los nazis), con un nivel de cafrada autoparódica que hace que la primera Sisu parezca contenida. Tiene momentos muy salados (el protagonista pillándose los dedos con una trampa para ratones, como colofón a una escena en la que le ha pasado de todo), pero carece de ese “algo” que hizo diferente a la original y la convirtió en obra de culto instantánea. Esto es un episodio del Coyote y el Correcaminos de 90 minutos, tan divertido mientras lo ves como olvidable en cuanto se acaba. Le voy a dar buena nota, pero tampoco nos flipemos.
Venusentencia: Copas de yate

OBSESSION (Curry Barker, EUA, 2025)
Trailer, fotos, sinopsis y ficha
Bear es el típico perfil de muchacho tímido y enamorado hasta las trancas de una chica, Nikki, que no tiene ni idea del asunto y lo considera un amigo de confianza (se conocen desde que eran críos). Para mayor tortura mental, Nikki es su compañera de trabajo, o sea que Bear no tiene manera de quitársela de la cabeza. Tampoco se atreve a dar el paso y confesarle sus sentimientos, porque el miedo al fracaso le paraliza cada vez que se presenta la ocasión. Un día, buscando un regalo para ella en una tienda new age, descubre unas curiosas “Ramitas de los deseos”. Pides un deseo, partes la ramita por la mitad y en teoría el deseo se cumple.
Pensando que se trata de una chorrada graciosa, Bear le compra una ramita de los deseos a Nikki, pero cuando estaba a punto de dársela el miedo le vuelve a paralizar y acaba partiéndola él, mientras pide que ella lo quiera más que a nada en el mundo. Oye, pues resulta que las barritas funcionan. De hecho, funcionan DEMASIADO bien, porque desde ese preciso momento Nikki se convertirá en una yonqui de Bear que prácticamente no le deja respirar.

"Ya lo dice Paquirrín: 'quien folla pagando, acaba ahorrando'"
Obsessión maneja a la perfección su mezcla de terror, comedia negrísima y certeros dardos a los mitos masculinos del amor no correspondido, en los que la mujer es siempre la mala del cuento. La película pone los pelos de punta en bastantes escenas en las que Nikki se comporta como un alienígena, congelando la cara en sonrisas forzadísimas o colocándose por las noches en un rincón oscuro del dormitorio de Bear para poder verle dormir. El encantamiento de Nikki es más bien una especie de posesión, y así, también hay breves instantes en los que la pobre vuelve en sí y se pone a gritar, completamente aterrada y confusa, antes de que se le fundan de nuevo los plomos y se convierta otra vez en el autómata que solo tiene ojos para Bear. En este sentido, la actuación de la actriz Inde Navarrete es un auténtico recital.
La situación va destruyendo de manera paulatina la vida de ambos, primero en sentido figurado y social, y más adelante en sentido literal, cuando Nikki empieza a hacer cosas como cocinar al gato o autolesionarse para llamar la atención de Bear. Una cosa que hace muy bien la película es no dejar nunca de mostrar a Nikki como una víctima y a Bear como un irresponsable, que no es consciente del horror que ha provocado para saciar de manera egoista sus carencias afectivosexuales (lo que le está haciendo a Nikki no guarda mucha diferencia con una sumisión química). Pero Bear no es un monstruo. Es un tipo normal, que ha cedido ante una tentación demasiado fácil y sin consecuencias negativas aparentes (al principio, claro). Obsession lanza a la audiencia la pregunta de “¿Qué harías tú si fueras Bear?” Las posibles respuestas son lo que da más miedo de este peliculón.
Venusentencia: Venus Hall of Fame

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