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SITGES 2024: BODEGÓN CON FANTASMAS rueda: Entre Tarkovskis y Omaítas

Presentación de Bodegón con Fantasmas con sábanas, cadenas y bola de presidiario en el tobillo

RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 07/10/2024. De tanto en tanto sale un director que irrumpe en la industria de una manera arrolladora, y no por la calidad de su trabajo, sino por su personalidad. Fue el caso de Álex de la Iglesia, Santiago Segura y Nacho Vigalondo, más recientemente de los Javis y de Eduardo Casanova, y ahora de Enrique Buleo. Directores que agarran el micro por banda y no lo sueltan, como si estuvieran recitando un monólogo de El Club de la comedia, con menos vergüenza que Sacha Baron Cohen paseándose con el bañador de Borat. Enrique Buleo es uno de esos. Cuando toma la palabra ni respira, pero aún así es imposible dejar de escucharle, como si lo que sale de su boca fueran cantos de sirenas en vez de frases articuladas.

Nacido en un pequeño pueblo de Cuenca, Villanueva de la Jara, presenta su ópera prima Bodegón con fantasmas, una comedia costumbrista rural en cinco episodios en los que los habitantes de un pueblo de la Mancha conviven con fantasmas. Película que ha dividido a la prensa del Festival, pero que ha acabado decantando la balanza hacia su lado, por la buena fe y la simpatía que destila la obra. Arropado por un nutrido equipo de la peli, formado por actores y productores, entre los que destacan Eduardo Antuña, Pilar Matas, José Carabias, Nuria Mencía, Jordi Aguilar y Consuelo Trujillo, Enrique Buleo explica que escribió el guión durante el confinamiento de la pandemia como respuesta a su miedo a la muerte.

 

"El slogan de mi pueblo es 'En ocasiones veo muertos"

 

Nos cuenta que lo que ha hecho ha sido escribir parte de su experiencia personal, partiendo de personajes que cuentan con mucho temple cosas muy macabras, plasmando con humor sarcástico lo que ha tenido siempre a su alrededor, y que lo ha hecho en cinco episodios porque es un enamorado de las películas episódicas. Y que espera que su pueblo reciba la película con el mismo cariño con el que él la ha hecho. “Aunque en mi pueblo no hay cine”, explica, “así que tendremos que fletar autocares a Albacete”. Y nos cuenta la anécdota que desde su pueblo sólo han salido autocares en dos ocasiones: “la primera para la inauguración del Primark, y la segunda para el estreno de 50 sombras de Grey.

Escribo moviéndome entre dos polos: Tarkovski y Los Morancos”

Sobre los fantasmas que salen en la película, le han permitido tratar la muerte con total naturalidad, “y llevar ciertos temas mucho más allá”, explica, “como la búsqueda del amor o el miedo a la soledad”. Los tipos de fantasmas que salen (un tipo que se transparenta, el clásico de la sábana, y una neblina verde) han sido buscados y elegidos concienzudamente para contar la historias que quería contar y como quería contar. “Lo he hecho en forma de tragicomedia porque me gusta el humor en las situaciones más trágicas, como personas muertas que regresan buscando algo”. Y nos confiesa que el primer título que barajó fue “Surtido de fantasmas” porque la película son varias maneras de cómo se puede volver de la muerte.

 

"Listos para rodar la versión española de Ghostbusters cuando quieran"

 

En cuanto a los actores presentes, todos se muestran encantados de haber participado en la peli y declaran su amor por ella a los cuatro vientos. Pilar Matas conectó enseguida con la historia porque también es manchega de Albacete, y define a su personaje de la siguiente manera: “Estoy preparada para el amor”. A Eduardo Antuña le encantó el guión porque le recordó el cine de José Luis Cuerda, y le hizo mucha gracia que el cura fuera ateo. “Y que los fantasmas reales de la película fuéramos los de carne y hueso”, explica. Y José Carabias por su parte, quedó tan impresionado con el proyecto, que quería interpretar a todos los personajes masculinos de la película, pero ni el director ni los productores le dejaron.

Enrique Buleo continúa hablando de las posibilidades que ofrece la religión a la hora de escribir un guión. “No soy creyente”, confiesa, “pero no hay nada más inspirador que la fe”. Y explica la anécdota de cómo un día leyó la noticia que la Iglesia había decidido oficialmente cerrar el Limbo, lo que le pareció alucinante y  una putada para mucha gente creyente, a la vez. Y acaba contándonos que cuando escribe, siempre combina drama y comedia intentando no pasarse ni en una cosa ni en la otra. “Escribo moviéndome entre dos polos: Tarkovski y Los Morancos”, afirma. “Si me queda demasiado serio, le pongo un Omaíta; si me queda demasiado cómico, le pongo Tarkovski”. Pues nada, próxima película: “Entre Tarkovskis y Omaítas”.

 

 

Bodegón venusvillero con fantasmas

 

■ SITGES 2024

 

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