<Creíamos que Airbender: el último guerrero cerraría definitivamente la tapa del ataúd de M. Night Shyamalan en su faceta de director (recordemos que no sólo fue de largo lo peor del año, sino que también fue elegida como lo peor del año), pero no, el otrora niño genio mimado de Hollywood sigue, erre que erre, empeñado en seguir haciendo cine a ver si por casualidad suena la flauta y crítica y público le respalda como en sus primeros films.
Cómo consigue que un gran estudio diferente le produzca cada nuevo proyecto es un misterio (La joven del agua era de Warner Bros., El incidente de Fox, Airbender de Paramount, y éste será de Columbia), pues parecía que había perdido todo su crédito y ya no había puerta que se le abriera cada vez que llamaba a una con un guión bajo el brazo. Pero el caso es que lo consigue, aunque sea adaptando un guión escrito por otro, como es el caso de este One Thousand A.E. (recuerden, el drama futurista familiar con Will Smith y su hijo Jade que narra la lucha por la supervivencia de un padre y un hijo que se estrellan en un planeta inhóspito).
Así es, hace tan solo cinco años hubiera sido impensable, pero a día de hoy, con más fracasos que éxitos en su haber desde que en 2004 presentó El bosque, al shawarma no le ha quedado más remedio que firmar la imposición del estudio de aceptar un guión escrito por otro guionista (en este caso por Gary Whitta, el de El libro de Eli), con la condición de poder reescribirlo él mismo.
Lo más divertido del caso (o lo más triste según mire, al menos para él) es que no contentos con la reescritura de Shyamalan, ¡los de Columbia han contratado a un tercer guionista para que lo corrija! (Stephen Gaghan, conocido por Traffic, El Álamo y Syriana).
Si esto no es una patada en el ego en toda regla o un insulto a gran escala, dígannos ustedes qué es. Como la humillación de depositar una moneda en una escupidera para que el borracho del saloon se pringue al cogerla./>
Al pobre M. Night Shyamalan se le cachondean hasta en el DNI
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