Pensamientos, reflexiones y disertaciones sobre Ben Affleck como Batman a modo de auto-ayuda
■ DAVID DURDEN
Después de asimilar el shock post primer-impacto, he logrado entrar en una fase zen en la que me encuentro la mar de cómodo con la idea de que Affleck sea el próximo hombre murciélago. Les dejo unos instantes para gritarle a sus pantallas y poner en duda la salud mental de quien les escribe. No se preocupen, desahóguense... ¿Ya de vuelta? Bien, permítanme ahora que desarrolle mi peregrina opinión.
Hasta hace poco Batman ha tenido poca fortuna con los actores que se han acercado a él. Algunos recordamos con cariño a Adam West y a Burt Ward como el dinámico dúo que combatía el crimen en Gotham City, pero ni uno solo de esos episodios soporta el más mínimo escrutinio crítico de la tribuna del buen gusto desde la que estamos juzgando el cine de superhéroes hoy en día. No cabe duda de que la serie de TV de Batman es un producto de su tiempo, y que los cómics del personaje eran igual de tontos por aquel entonces que cualquiera de los episodios. De todos modos es difícil disculpar las lorzas de West y ese “utility belt” que hacia tanto las funciones de almacén de Batarangs como de faja
Ben Affleck y Matt Damon, los Batman y Robin perfectos
Saltamos unas décadas y nos enfrentamos a Michael Keaton. Interpretaba a Bruce Wayne siguiendo los mismos ticks que Christopher Reeve aplicaba a Clark Kent: empanado, balbuceante, torpe... Yo nunca terminé de creérmelo en su papel de superhéroe, más cercano al Inspector Gadget (por el uso intensivo de sus juguetes) que a Batman. Solo lo tuvimos que soportar en dos películas de nada, Batman y Batman vuelve, ambas de Tim Burton. Pasamos a Val Kilmer. Tal vez el primero en dar la talla con el físico y ser un actor con posibilidades de desarrollar el personaje, el pobre se tuvo que dar de bruces con la pesadilla multicolor de Joel Schumacher Batman Forever. Con unos villanos pasados de crack y unos guiones de parvulario (Tommy Lee Jones y Jim Carrey como Dos Caras Harvey y el Enigma, respectivamente), Kilmer se trasladó al olvido sin mayores consecuencias. Dimos paso a George Clooney, a mi entender el mejor Bruce Wayne de todos; Wayne, que no necesariamente Batman. Se encontró enfundado en el infame traje de los pezones y siguió lidiando con las locuras fluorescentes de Schumacher en Batman y Robin. Clooney se olvidó del personaje, y todos dimos por amortizada la saga.
"No es una mala idea poner en el paredón a un tipo del que nadie espera nada, alguien que no vale un duro como actor y quien nadie le interesa su carrera"
No había manera de dar con el actor que sería recordado como Batman para siempre, aquél que dejase su huella en el tiempo. Por otra parte todo el mundo recordó a Jack Nicholson como el Joker y aplaudió a Michelle Pfeiffer de Catwoman, tal vez por obra y gracia de Tim Burton (especialista en hacer brillar a los freaks). Pero lo mejor estaba por venir. Christopher Nolan se trae a Christian Bale a su celebérrima trilogía del cruzado enmascarado de Gotham City. Nos gustará más o menos, y todos tendremos nuestros matices de opinión. Que si no son pelis de superhéroes, que si los actores que hacen de enemigos se comen la pantalla, que si cuando Bale pone voz de Batman es para partirse de risa (¿que no? Pónganse el DVD en VO y ya verán), que si la segunda es tan buena que las otras palidecen... Lo que quieran. Lo que sí es indiscutible es el empaque del corpus de Batman que Nolan y Bale se han cascado en la última década. Es tan grande que sea quien sea que venga detrás va a ser destripado sin el más mínimo escrúpulo.
Y ya puestos, su hermanito Casey Affleck como Bat-Girl
Y con esto llegamos al quid de la cuestión. ¿Ben Affleck es una buena opción para interpretar a Batman? Sí. Lo que está haciendo Affleck es un sacrificio por la causa. Como hemos dicho hace un instante, el próximo que se ponga la capa de Batman va a ser desmenuzado por comparación con la última saga. Enterrado bajo el proyecto de un director con las limitaciones de Zack Snyder. No es una mala idea poner en el paredón a un tipo del que nadie espera nada. Alguien que no vale un duro como actor y quien nadie le interesa su carrera. Y a ver si con suerte, como Affleck es un director bastante superior a Snyder, va y le enseña algo.
Affleck está sacrificando su cuerpo a la ciencia, y en Warner Brothers lo tienen muy claro. Es decir, tengo pocas dudas acerca de que Ben Affleck será un Batman bastante flojo, pero no necesariamente mucho peor que algunos de sus antecesores. ¿Llegaremos a verle pegándose de ostias con Superman con unos guantes de Kriptonita? ¿Sucumbirá Warner Brothers a la presión de los voceros de Internet? Y si al final no se materializa, el hartón de reír y de leer burradas en Facebook que nos hemos pegado hasta el momento habrá valido la pena.
■ BATMAN v SUPERMAN: EL AMANECER DE LA JUSTICIA. Estreno en Venusville: 23/03/2016
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