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Ciudad Intermedia, ciudad religiosa Imagínense a Rorschach dando un voltio por Gotham City y tendrán una ligera idea del look de Franklyn Extracto del pressbook facilitado por DeAPlaneta |
<Ciudad Intermedia, el mundo alternativo donde la Iglesia y el Estado colisionan, se rodó durante un periodo de siete semanas en Londres. El director explica: “Lo más lógico era rodar Londres de forma fluida, pero sin apartarse de la realidad. Ciudad Intermedia debe ser mucho más colorista, pero al igual que en la pintura clásica, con una sola fuente de luz y colores terrosos. En cierto modo, rodamos la realidad como la fantasía, y la fantasía como la realidad. El resultado puede ser interesante”.
Para el diseñador de producción Laurence Dorman, la creación de Ciudad Intermedia fue un reto: “Un veinte por ciento de la película corresponde a una película de gran presupuesto que debió hacerse con un presupuesto bajo. Gerald tenía muchos conceptos en la cabeza y toda una colección de imágenes de referencia, por lo que no le costó ilustrar lo que quería. Llamémoslo un Londres imaginario, donde la religión lo impregna todo. No hay nadie que no practique algún tipo de religión. Reconozco que fue muy liberador trabajar en un proyecto tan imaginativo como este”.
"Pues nosotros debemos formar parte de ese 20% de presupuesto bajo..."
Gerald McMorrow se inspiró en México DF: “Es una ciudad con muchas religiones. Una vez vi un centro comercial donde casi todas las tiendas vendían objetos religiosos de todo tipo, daba igual la fe. Demuestra cómo funciona el mundo actual. Los poderes fácticos saben que mientras la gente tenga fe, se la puede manipular, da igual que sean musulmanes, católicos o protestantes del medio oeste estadounidense. Ya lo dijo Epicúreo: ‘Para los plebeyos, la religión es la verdad; para los sabios, es falsa, y para los dirigentes, es útil”.
Hablando de la estética de la película, Laurence Dorman dice: “Es una combinación entre la grandeza y el volumen de edificios antiguos y unas líneas de diseño más actuales, pero todo da la sensación de estar a punto de desmoronarse. Nuestra idea fue colocar el Vaticano en Manhattan, combinar estilos de forma ecléctica”.
La diseñadora de vestuario Leonie Hartard disfrutó mucho diseñando la ropa de la película, sobre todo para las partes que transcurren en Ciudad Intermedia. “Fue una grata sorpresa descubrir que el guión daba tanta importancia al vestuario”, recuerda. “Era una mezcla entre las novelas ilustradas y el cine negro. Desde un principio decidimos usar unos colores específicos en Ciudad Intermedia, que todo fuera oscuro, cutre, y diera la sensación de película de época sin precisar nunca qué época. Los vestuarios tienen elementos que van desde lo medieval a la moda fetichista. Vemos deambular a amish, hindúes, budistas, monjas holandesas, pero nada es muy específico”.
"Para crear Ciudad Intermedia, nuestra idea fue colocar el Vaticano en Manhattan, combinar estilos de forma ecléctica" |
El diseñador de producción también se sirvió de los objetos para dar referencias: “Inventé muchas cosas extrañas con reminiscencias religiosas; creé una especie de capillas con órganos, evitando siempre cualquier objeto típico de una religión en concreto. Reconozco que también me inspiré en el carnaval de Notting Hill”.
El realizador dio mucha libertad a Leonie Hartard en cuanto al vestuario, excepto en lo que se refiere a la máscara de Jonathan Preest. “Gerald es un enamorado de las novelas ilustradas y sabía perfectamente lo que quería para el personaje de Preest”, dice la diseñadora. “Incluso creo que sabía cómo sería la máscara antes de escribir el guión. La primera versión que recibí ya tenía un pequeño dibujo del enmascarado, y no cambió mucho desde entonces”.
Gerald McMorrow explica lo que buscaba: “La máscara es sinónimo de anonimato. Tiene dos ojos, pero deben carecer de expresión. Deben ser dos pozos oscuros sin fondo. Es interesante ver cómo afecta a las personas con las que habla, se sienten incómodas. Pero también me gustaba la idea por la estética”.
"Como vuelvas a insinuar que parezco Jack Skellington, te ahostio"
El realizador estaba empeñado en aprovechar el amplio abanico de decorados disponibles en Londres. “He nacido en Londres y estoy convencido de que tiene mucho que ofrecer; hay muchas partes sin descubrir. Para Franklyn no usamos los lugares habituales, buscamos otra cosa. Rodamos desde sitios insospechados, como el tejado del Museo Victoria and Albert, o en los sótanos de la antigua planta de aguas residuales de Abbey Mills, con su increíble atmósfera de grandeza abandonada”.
El productor Jeremy Thomas se alegró de plasmar en la pantalla un Londres que no se había visto antes: “Se han rodado muchas películas en Londres, pero esta era un auténtico reto. Se trata de una historia que no puede encasillarse en ningún género, tiene algo del cine de gánsteres, del cine de época, pero es mucho más que todo eso”./>
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