Categorías

EFECTOS SECUNDARIOS crítica: Medicación final

   

Medicación final

Thriller de Steven Soderbergh atiborrado
de pastillas, pero todas de farmacia legal

Por Ray Zeta

 

<Hay dos Steven Soderberghs: el Steven Soderbergh fresco, divertido y comercial que hace películas para el gran público, ya sean thrillers ligeros, comedietas o vehículos de lucimiento para las estrellas como Un romance muy peligroso, la trilogía de Ocean’s Eleven o Erin Brockovich, y el Steven Soderbergh experimental, egoísta y peñazo que hace películas para él mismo a modo de masturbación cinematográfica, imprimiéndoles tono de documental como el díptico de El Che, pequeño formato como ¡El soplón!, o forma de reportaje como Contagio. Excepcionalmente Efectos secundarios está justo en el medio: es un thriller, pero es un thriller en las antípodas de los thrillers arriba citados por haber sido filmado con un estilo semidocumental más propio de un reportaje de la 2 que de una obra de cine negro con asesinatos, investigaciones y gatos encerrados.

   Y ya que la cosa va de medicación, es como si el Morfeo de Matrix se hubiera plantado delante de Steven Soderbergh dándole a elegir la pastilla roja o la azul, y él hubiera cogido una mitad de cada. Porque Soderbergh afronta este guión con calma, piano-piano, preocupado sobre todo por ofrecer un fresco de la clase media-baja de Nueva York, fotografiando la ciudad alejándose lo más posible de las postalitas turísiticas de Woody Allen, y por proponer un debate sobre la manipulación que ejercen las empresas farmacéuticas en la medicina sostenida en intereses económicos (si el efecto que causó en su día Tiburón fue el de provocar pánico a bañarse en el mar, la intención de Efectos secundarios es que miremos a nuestro médico como si nos quisiera pasar estampitas de San Judas por billetes de 500 euros cada vez que nos recete un medicamento).

 

"Pues a David Duchovny bien que le hacían en Full Frontal un masaje con final feliz"

 

   Tanto es así que no es hasta bien entrada la acción que tiene lugar el primer giro argumental que ejerce de detonante del thriller (un homicidio inesperado motivo de investigación improvisada), por eso claro, el tono impuesto en el film hasta ese momento es tan desangelado, que cuesta entrar en la nueva historia. Desangelado el tono y desangeladas las interpretaciones, pues ni Rooney Mara consigue convencer en ningún momento como paciente desorientada (como hay escenas en las que representa que es sonámbula, debió confundirse y por eso hace de sonámbula toda la peli), ni Catherine Zeta-Jones cuela como psiquiatra enigmática (su caracterización recuerda una versión milf de las secretarías del “Un, dos, tres, responda otra vez”), siendo sólo Jude Law quien salva la papeleta (quizás debería decir la receta) como psiquiatra metido accidentalmente a detective.

 

  "Se diría que Soderbergh nos ha colado el material que le sobró de Contagio bien montadito como si fuera nuevo, añadiéndole la trama policiaca para despistar"  

 

   Un trío protagonista que por relación y temática recuerda al terceto principal de Análisis final formado por Richard Gere, Kim Basinger y Uma Thurman, sólo que el que nos ocupa aquí aún va más allá presentando ciertas retorcidas familiaridades que no son cuestión de spoilear. Sólo diré que Catherine Zeta-Jones, con su papel de frígida calenturienta en La era del rock, el de esposa infiel interracial de La trama, y éste que le ha tocado aquí en suerte, está más sembrada en papeles descocados que todos los que interpretaron Victoria Abril, Asunta Serna y Maribel Verdú en los ochenta. No les extrañe pues que de darle a su maridito Michael Douglas por impulsar una tercera parte de Instinto básico, sea ella quien reemplace a Sharon Stone como la psycho sensual y cachondona Catherine Tremell o, mejor aún, quien interprete a Mística en las nuevas entregas de los X-Men paseándose en pelota picada con sólo una tenue capa de maquillaje azul sobre su cuerpo.

 

"Te equivocas, el auténtico presentador del `Un, dos, tres` no fue Mayra sino Kiko Ledgard"

 

   Y eso que a partir de ese momento los giros argumentales se van sucediendo complicando la trama hasta convertir la película en una obra cien por cien cine negro clásico en la que nada es lo que parece, nadie es quien dice ser, y, quien más y quien menos, esconde un secreto que haría las delicias de Jorge Javier Vázquez y toda su troupe de periodistas de medio pelo en “Sálvame”. Hasta en algún momento la cinta apunta a thriller erótico, pero no se hagan ilusiones que sólo apunta, ya que Steven Soderbergh considera que ya cumplió de sobras en ese apartado enseñando la pechuga de Jennifer Lopez en Un romance muy peligroso (las cosas como son, la pechuga de Jennifer Lopez era en 1998 una señora pechuga), y por eso corre un tupido y recatado velo por un par de escenas que pudiendo subir la temperatura de la sala como en un incendio de mil hectáreas, se quedan en una cerillita de nada.

   Porque el quid de toda la cuestión es como he apuntado que Soderbergh está más interesado en denunciar la industria farmacéutica que soborna a los médicos para que promocionen sus medicamentos, el alto número de pastillas que estamos obligados a tomar diariamente para todo (desde para dormir hasta para estar despiertos, pasando por las laxantes y las libidonizantes), la gran cantidad de efectos secundarios de la mayoría de ellas, y el poder social que ostenta el colectivo de psiquiatras al tener autoridad para incapacitar a las personas si así se les antoja, que de entretenernos jugando al Cluedo. Todo lo que se le quedó en el tintero en Contagio, en definitiva, que aquí desarrolla hasta convertir Efectos secundarios en una secuela inconfesa. De hecho diría que nos ha colado todo el material que le sobró de Contagio bien montadito como si fuera nuevo, y por eso le ha añadido la trama policiaca para despistar. ¡Si hasta a Jude Law se le escapa la tos más de una vez y se le ven ronchas en el cogote!/>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Dos Caras Harvey
     
     
 

Recomendada por Kuato a: quien tras ver Contagio se quedó con ganas de medicarse.

     
 

No recomendada por Kuato a: todos los que estén en contra de la medida del euro por receta.

     
 

Ego-Tour de luxe por: ese homenaje inconfeso a Farmacia de guardia, serie líder de televisión entre 1991 y 1995.

     
 

Atmósfera turbínea por: que en ningún momento Catherine Zeta-Jones nos pregunte algo por 25 pesetas.

 

 

¿Desea saber más?


   

> EFECTOS SECUNDARIOS ficha

> EFECTOS SECUNDARIOS imágenes

> EFECTOS SECUNDARIOS tráiler


   

> EFECTOS SECUNDARIOS crítica: Medicación final

Thriller de Steven Soderbergh atiborrado
de pastillas, pero todas de farmacia legal

Por Ray Zeta


   

> EFECTOS SECUNDARIOS artículo: La culpa fue de la pastilla

La industria psicofarmacológica (o séase las
pastillas para majaras) es sometida a debate

De eOne Films


   

> EFECTOS SECUNDARIOS premiere: Medicación primaria

Con Jude Law, Catherine Zeta-Jones, Rooney
Mara y Channing Tatum, a modo de medicación

AMC Lincoln Square Theatre, NY, 31.01.13


 

> EFECTOS SECUNDARIOS sumario

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios.

Agregar comentario