<Por todos es sabido que para Quentin Tarantino presentar en el Festival de Cannes es como jugar en casa. Desde que en 1994 ganara la Palma de Oro por Pulp Fiction, el romance que vive el director de Kill Bill con el pueblo francés es eterno. Por eso mismo ha viajado hasta allí Harvey Weinstein con parte del material filmado de Django Unchained en la maleta. Nada menos que siete minutos, y siete minutos que se han llevado la mayor ovación del festival hasta el momento.
¿Recuerdan cómo se comportan los gremlins viendo Blancanieves y los siete enanitos? Pues así mismito se ha comportado la prensa internacional, lo que se refleja en las impresiones publicadas. Según los asistentes estamos ante el mejor trabajo de Tarantino hasta la fecha. Una visión del oeste cruda, sucia y desenfadada con más comedia de lo que cabía esperar, y tan sangrienta como si de un slasher a base de tiros se tratara. ¿Saben el “efecto enchilada” que Robert Rodriguez inventó para sus Desperados? Dispararle a alguien a bocajarro en la cara y salpicarse en la cara propia como si se exprimiera un frasco de ketch-up… Pues según dicen, a tenor de las vísceras desparramadas vistas en Django, ese efecto ha quedado a la altura de un juego infantil.
Y con unos actores además en estado de gracia formando un terceto protagonista con Christopher Waltz adueñándose de la función sin dificultad al componer un personaje de lo más caricaturesco, un Leonardo DiCaprio tan soez y malhablado que ni Torrente, y un Jamie Foxx que se queda sólo disparando a ritmo del “Payback” de James Brown.
¿Verdad o exageración? Veremos… Recuerden que sólo se han visto siete minutos, por lo que podría estar condensado lo mejorcito del film y que el resto sea una tarantinada a base de de diálogos interminables y flash backs gratuitos, pero si lo que querían conseguir era ponernos los dientes largos y palotes, lo han conseguido./>
"Sólo me falta preguntarle a Jamie Foxx si nos hacemos unas pajillas"
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