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EL HIPNOTISTA crítica: Hipnosis fallida

   

Hipnosis fallida

Tras el éxito de la trilogía de Millennium llega otra
suecada que hay que ver con manoplas y bufanda

Por Beto

 

<Tras un largo periplo en Estados Unidos, Lasse Halström vuelve a dirigir una película en Suecia. La prolífica literatura sueca, y más concretamente el thriller, viven un momento esplendoroso en tierras escandinavas. Tras el éxito de la saga Millennium llega a nuestras pantallas El hipnotista, basada en una fantástica novela de suspense de Lars Kepler (nombre de guerra de Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril), que narra las vicisitudes que sufre un especialista en hipnosis cuando decide colaborar con la policía para esclarecer el escabroso asesinato de una familia. El único superviviente de los brutales asesinatos es el hijo varón, pero está gravemente herido y no hay forma de interrogarle, por eso se probará la hipnosis. Duro trabajo la adaptación al mundo del celuloide de esta compleja trama, que se inicia con la investigación del asesinato, se ramifica en diversas subtramas, y desencadena una historia de venganza aterradora.

   De entrada, sorprende que Hallstrom se haya encargado de la dirección de un thriller, ya que es un director habituado a jugar en otro tipo de cancha (dramas como Las normas de la casa de la Sidra, Atando cabos o Una vida por delante, o finas comedias como Chocolat o Casanova son su hábitat natural). Y mejor que se quede en terreno conocido porque el experimento le ha salido fallido... Y es que Paolo Vacirca, el guionista que ha adaptado la novela de Kepler, no se lo ha puesto fácil. Para agilizar la historia se prescinde (no que se mencionen y no aparezcan, sino que no existen) de personajes y elementos cruciales como los líos extramatrimoniales que tienen el hipnotista y su esposa, la existencia del suegro ex-comisario, que es pieza importante de la novela, y, sobre todo, del grupo de hipnotismo que motivó a que el protagonista abandonase esta práctica.

 

"Os tengo dicho que como hay que hacer país no veáis la versión de Millennium de David Fincher"

 

   Con la desaparición de estas tramas, la película se dirige obligatoriamente por otros derroteros, de forma que aparecen personajes clave cuyo único parecido con la novela es el nombre, ya que ha habido que inventar una historia en torno a ellos para poder introducirlos en la cinta con calzador. También al agilizar los sucesos de la historia se han cambiado roles de personajes, y así nos encontramos con que la esposa es pintora y recibe la visita del dueño de la galería para la que trabaja... cuando en la novela los papeles están invertidos.

 

  "El resultado es una historia poco profunda, aburrida e insulsa, que no consigue `hipnotizar` al espectador"  

 

   Todo esto estaría muy bien si el resultado nos hubiese dado una película ágil y atrayente, pero el resultado es una historia poco profunda, aburrida e insulsa, que no consigue "hipnotizar" al espectador (risas). Uno tiene la sensación de que a pesar de que la cinta se acerca a las dos horas, pasan muy pocas cosas y se reduce a un desfile de personajes sombríos que hablan mucho y que no hacen nada. De hecho, se nota en demasía que el guión proviene de una novela, ya que se han cogido retales de la misma y se han "cosido" con invenciones, obteniendo como resultado un refrito sin ritmo y carente de interés.

 

"Cuando despiertes creerás que estás en la peli Trance y que yo soy Rosario Dawson"

 

   Los personajes tampoco ayudan mucho: el matrimonio protagonista es de risa. El hipnotista es presentado como un tío con cara turbia que está de bronca con su mujer cada día y que se empastilla continuamente, tanto que parece un yonki de poca monta (lamentable la escena en que está tan drogado que se queda dormido en el coche cuando va en auxilio de su mujer). Su esposa, encarnada por Lena Olin, es una histérica de tomo y lomo que sólo grita y protesta... y el personaje del joven superviviente de la matanza, pasa de ser una persona inquietante y sumamente peligrosa a convertirse en un muñeco sin personalidad dirigido por otra persona (una de las muchas invenciones de este guión nefasto).

   Y enlazando con lo comentado del matrimonio, se echa a faltar, ya sea por falta de metraje o porque la película es muy pulcra en ese sentido, toda la carga erótica de la novela de Kepler. La esposa y el pintor reconvertido a marchante de arte en la cinta, se pegan en el papel un par de polvazos que quitan el hipo, lo mismo que el hipnotista con la joven doctora (aquí desaparecida en combate), por no mencionar las múltiples referencias sensuales que le hacía una de las pacientes de su grupo de hipnotismo. En toda novela negra o de suspense que se precie el sexo está presente, pero por lo que se ve, en esta película ná de ná. El único que se salva de la quema es Tobias Zilliacus en su papel del inspector Joona Linna. Sin llegar a alcanzar la sobriedad de su personaje da el pego. De hecho, hasta es finlandés como él. En algo tenían que acertarlo, ¿no?/>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Congelada en carbonita
     
     
 

Recomendada por Kuato a: los que se aburren viendo la serie del inspector Kurt Wallander por la tele. Es canela en rama al lado de El hipnotista.

     
 

No recomendada por Kuato a: seguidores de Lars Kepler. Si triunfa en taquillas se pueden ver amenazados con  “El contrato” o “La vidente”, el resto de la trilogía...

     
 

Ego-Tour de luxe por: la reconstrucción de los asesinatos, el momento de más tensión de la película. Luego, a dormir.

     
 

Atmósfera turbínea por: Lena Olin. La apreciamos, pero mejor ver a una sueca maciza echando un polvazo que no a ella chillando como una loca.

 

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