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SITGES 2025: ESA COSA CON ALAS rueda: Esa estrella con alas

Benedict Cumberbatch presenta Esa cosa con alas erigido en la estrella absoluta del Festival

RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 13/10/2025. Matt Damon decía en Rounders que en todas las partidas de póker hay un primo, y si en la primera hora de partida no lo identificas, es que el primo eres tú. Pues en los festivales ocurre lo mismo. En todas las ediciones hay una estrella, y si siendo un invitado no la identificas, es que la estrella eres tú. Pues eso es lo que le sucedido a Benedict Cunberbatch. Podría parecer que la estrella de este año iban a ser actores como Jean Dujardin o Sam Riley, o directores como Luc Besson o Ben Wheatley, pero no, la estrella indiscutible de la edición del Festival de Sitges 2025 es Benedict Cumbernatch.

Basta ver el equipo de protección que lleva el colega para evitar que ni siquiera un fan se le pueda acercar a menos de tres metros… Benedict Cumberbatch llega acompañado del director - guionista de la película Dylan Southern, cuando la sala de prensa está abarrotada hasta la bandera. Muy elegante, muy estilizado, muy inglés, en definitiva, saluda con esa voz grave de tráiler y toda la flema británica del mundo, y se mete a todos los presentes en el bolsillo. Tenemos a Sherlock y al Dr. Strange delante, y eso no es moco de pavo. O al menos no es un moco de pavo que se dé todos los días.

 

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¿O deberíamos decir moco de cuervo? Porque Una cosa con alas va de eso, de un cuervo gigante fantasmagórico que representa el duelo, la culpa y el miedo de un viudo repentino que debe hacerse cargo de sus dos niños. Miedo, o digamos mejor respeto, como el que infunde Cumberbatch al respetable con su mera presencia, pues los 45 minutos que dura la rueda transcurren en la más estricta seriedad, con preguntas formuladas en inglés acerca de la película y de su trabajo, y sin una sola salida de tono preguntándole sobre Sherlock o el Dr. Strange. Nada que ver con la rueda de prensa celebrada el año pasado con Geoffrey Rush, en la que la mitad de las preguntas fueron sobre Piratas del Caribe, desquiciando al pobre hombre.

Cumberbatch cuenta así, que pese a las similitudes que pueda parecer tener su personaje en Esa cosa con alas con sus personajes de las series Eric y Patrick Melrose, son personajes totalmente diferentes. En Esa cosa con alas debió construirse un mundo imaginario para entender la relación con su difunta esposa en la ficción, aprender a sentir duelo por ella, y aprender también a relacionarse con los dos niños como su padre. Unos niños con los que acabó entablando verdadera amistad, tras mantener peleas de cojines y jugar partidos de fútbol durante los descansos del rodaje, y riéndose con ellos cuando escribieron “caca” en la frente del director, a quien le pusieron el mote de “Hombre débil”.

“Ni una sin sola salida de tono preguntándole sobre Sherlock o el Dr. Strange”

Miren si ha sido seria la rueda, que hasta ha habido preguntas para el director. Normalmente, cuando hay una estrella del calibre de Cumberbatch, éste acapara todas las preguntas y el director queda anulado, convertido en un mero invitado de piedra, pero hoy no ha sido así. Dylan Southern explica que descubrió el libro de Max Porter hace diez años, y entabló una profunda conexión con él al comprobar sorprendido que trataba el tema del duelo desde una perspectiva sincera y honesta, pero nada sentimental. A los 18 años perdió a dos amigos, nos cuenta, y el duelo de la pérdida nunca se manifestó hasta que leyó el libro.

Sobre la concepción del cuervo maligno fantasmagórico, siempre quiso trabajar con efectos prácticos para que la presencia de la criatura se sintiera real en el set, por lo que utilizaron a un actor con un disfraz prostético. Diseñaron la criatura, confeccionaron el disfraz, crearon una cabeza prostética, y contrataron a dos actores, uno para que actuara con el disfraz, y otro para que pusiera la voz. Lo que dificultó en gran parte la interpretación de Benedict Cumberbatch por el hecho de deber compartir físicamente escena con semejante engendro, aunque a la postre acabara siendo beneficioso para la calidad de su interpretación.

 

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El libro de Max Porter también encandiló a Benedict Cumberbatch, quien dice encontrarlo muy visual y muy cinematográfico. Tanto es así que decidió implicarse también como productor. Nos explica que con su mujer se dedica a la producción desde hace más de diez años, y que buscaban una película pequeña independiente. Producir es muy satisfactorio, afirma, porque vives todo el proceso desde el inicio hasta el final en todas sus etapas, y permite formar parte de proyectos de arte que de otra manera no podrías, así como de ayudar a nuevos talentos que no disponen de los medios, obteniendo resultados interesantes y altamente gratificantes.

Suena sincero y lo es, pues nada de lo que ha producido es conocido comercialmente, y preguntado por su carrera en general, sigue con su ejercicio de honestidad. Nada ha estado preparado, dice, todo ha ido llegando sin proponérselo. Empezó en esta profesión con el único objetivo de poder vivir de ella, y está claro que lo ha conseguido. El único momento en el que fue consciente de que algo estaba cambiando fue cuando le ofrecieron la serie Sherlock, y vio en ello una gran oportunidad. Por lo demás, lo único que quiere es hacer arte, sin importarle si es una película, una obra de teatro, una serie o una grabación. Y dicho esto, entre los aplausos del público, abre un portal espacio-temporal, entra en él, y cierra el portal.

 

SITGES 2025

 

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