Luc Besson presenta su romántica versión de Drácula en toda una declaración de amor… al amor
FESTIVAL DE SITGES, 15/10/2025. Luc Besson es un tipo al que nunca podremos agradecer totalmente su carrera como cineasta. Casi sesenta títulos entre labores de guión, producción y dirección. Y nada de cine de autor europeo aburrido, no señores, puro cine de género, sea acción, comedia de acción, thriller o ciencia ficción, y todo en forma de entretenimiento internacional. Besson ya lo ha hecho todo, por eso a sus 66 años hace solo lo que le apetece, sea la historia de un niño-perro, un thriller futurista con Snoop Dog inspirada en El planeta de los simios, o una nueva versión de “Drácula” más romántica que nunca. Y si no gustan, le resbala completamente, porque Luc Besson está de vuelta de todo y ya hace años que peina canas en la barba.
Viene acompañado de la actriz Zöe Blue, más conocida por ser hija de Rosanna Arquette que por sus trabajos, y se muestra simpático, desenfadado y un punto pasota. Decidido a defender su Drácula con todo, empieza contando por qué la ha hecho. “No quise hacer una película de terror, porque no me gustan las películas de terror, me interesa la historia de amor. Es la historia de amor de un hombre que espera 400 años para decirle adiós a su esposa. Es un tema tan romántico que se merecía una película”. Y es que según Besson, falta amor en el mundo, por eso a todos sus haters en las redes sociales les responde de la misma manera: “Os quiero, chicos”.

"Mi inspiración para este Drácula ha sido el Conde Draco de Barrio Sésamo"
Dice también haberse divertido mucho haciendo su Drácula, hasta nos recita una frase de la película para ilustrar que su versión también tiene humor: “No me gusta mucho la sangre”, dice el conde en un momento dado… ¿De dónde sale entonces el humor de la peli? De manera similar a lo que cuenta del amor, afirma que la vida hay que tomársela con humor, empezando por uno mismo. “Al fin y al cabo, sólo hacemos películas”, dice, y se explaya un poquito más. “La comedia viene conmigo. Es difícil para mí tomarme a mí mismo seriamente, así que cuando algo es muy serio o muy emocional, tengo que hacer algún chiste. La vida es así, no puede tomarse demasiado en serio. El humor permite además alejarse del punto de vista”.
Sobre si no hay ya demasiadas versiones de Drácula y Nosferatu, dice que le importa un comino y se queda tan pancho. Mantiene que hay sitio para todas las versiones porque todas son diferentes, y lo explica con el siguiente ejemplo: “Si Modigliani, Dalí, Rafael, Durero, Rembrandt y Van Gogh, pintan a la misma modelo, todos los cuadros serán diferentes y todos serán increíbles de contemplar”. Y se permite además reprender al periodista que ha citado Nosferatu, alegando que se parece a Drácula como un huevo a una castaña. “Drácula es alguien vivo que está enamorado, mientras que Nosferatu es la fantasía de una mujer”, explica, “no tienen nada que ver, no te equivoques”.
“Drácula es un tema tan romántico que se merecía una película”
Zöe Blue se sube al carro e insiste que su versión de Drácula no se parece a ninguna otra versión que se haya hecho anteriormente, porque su versión de Drácula es la más buena, la más guapa, la mejor hecha y la más romántica. El resto de versiones son películas de terror que sólo buscan mostrar sangre y dar miedo, por eso los espectadores que las ven, salen del cine peor de lo que han entrado. En cambio, como su versión aboga por el amor, los espectadores saldrán con el corazón más tierno. Tal es la pasión con la que suelta el discurso, que hasta se pone filosófica hablando del amor. “Nuestro Drácula no es un vampiro”, dice, “es un hombre de amor. Si consideran que Drácula es una bestia, quizás el amor también sea una bestia”.
Volviendo con Luc, ¿qué hay de las novedades introducidas en el guión, como sustituir Londres por París o hacer que el profesor Van Helsing sea un cura en vez de un profesor de ciencia? Besson responde muy por encima, está claro que no está aquí para explicar la película. “Simplemente me dejé guiar”, dice. “Pensé sobre la desesperación de un hombre que vive 400 años. Pensaba sobre este hombre y pensaba qué iba a hacer durante esos 400 años...” En cuanto a hacer de Van Helsing un cura (aunque puntualiza que en su película no es Van Helsing), creyó que era interesante: “Hay un cura y un científico. El clero representa lo desconocido y el científico la experiencia, pero al final el científico está perdido y el clérigo aporta el conocimiento”.

"La idea la tuve viendo a Álex Angulo en El día de la bestia"
Y aprovecha para contarnos que escribe los guiones de manera instintiva. “Escribo los guiones sin reglas, no pienso demasiado. Hay gente que cocina siguiendo una receta, yo lo hago metiendo el dedo y probando. Escribo guiones como cocino. Mi escritura es orgánica, no es científica”. Y nos explica que tal como escribe él los guiones, la Inteligencia Artificial no podría reproducirlos. De hecho, hizo un experimento con su diseñador de arte: introdujeron todos los datos de la película en el chatGPT y le pidieron que les escribiese el guión. ¿Cuál fue el resultado? Que el chatGPT les escribió un guión que era una auténtica basura. Se alegraron tanto, que fueron a celebrarlo.
Y para acabar nos explica que estuvo seis meses con su diseñador de arte para decidir detalles como los colores, el vestuario, los tejidos, e incluso el cabello del conde. Que Danny Elfman es un puto genio, pero que le hizo sufrir lo indecible porque le envió la banda sonora después de cinco meses de silencio, justo cuando estaba acabando de montar. Que las batallas están rodadas a mano (“agarras la cámara y corres, ese es mi método”), y que el castillo está hecho con cgi porque no existen castillos así. Dicho todo, el gran hombre nos agradece nuestra presencia y nuestro interés en la película, y se despide con una sincera reflexión: “He hecho 22 películas y tengo la sensación de que siempre hago la misma porque siempre soy yo. Y sigo igual de estúpido que cuando empecé”. Eres la monda, Luc.
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