LA VÍCTIMA PERFECTA crítica: Déjame copular contigo

Déjame copular contigo

Desafortunadamente, ni Hilary Swank es Sharon
Stone, ni Jeffrey Dean Morgan es Michael Douglas

Por Robert Thornhill

<Para los que ya tenemos una edad, vislumbrar el rótulo de la productora Hammer Films en el visionado de los títulos de crédito, era una garantía de que ibas a ver una película de terror del bueno con personajes que te dejaban tieso sólo mirarlos. Sus momentos de esplendor los vivió hacia los años 60, cuando con Terence Fisher de director y los tétricos Peter Cushing y Christopher Lee como cabezas de cartel, fueron los pioneros del terror gótico con pelis como La maldición de Frankestein, La momia y, sobretodo, la mítica e inigualable Dráculacon Lee haciendo del malvado conde y Cushing de Van Helsing. Pero los buenos tiempos de la Hammer duraron poco y su declive fue paulatino al intentar exprimir el género vampírico con propuestas altamente bizarras (¡llegaron a crear hasta un Drácula chino!), y sin saber adaptarse al terror de los nuevos tiempos, de forma que a finales de los 70 cerraron la parada esperando tiempos mejores.

Pero como el mismísimo Drácula, con el nuevo milenio la Hammer ha decidido salir de su ataúd y meterse a la gresca del hoy en día trillado género del terror. Se presentaron en sociedad con la chapuza tecno-vampírica Beyond the Rave, para ofrecernos seguidamente un aceptable remake de Déjame entrar, y ahora con La víctima perfecta dan un giro temático e intentan adentrarse en el pantanoso género del thriller de terror con el manido argumento de la inquilina acosada por su casero guarrete, quien, cómo no, tiene toda una ristra de traumas que le perturban la mente. Y digo lo de “intentan”, porque vete a saber porqué (suponemos que habrá habido algún trabajito subterráneo) han elegido para dirigir esta peli de “miedo” al finlandés Antti J. Jokinen, un tipo totalmente desconocido, no sólo novato en este género, sino en el cine en general.

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"Es que al leer la palabra `víctima` creí que boxearía como Jennifer Lopez en Nunca más"

Aparte de que tiene más pinta de ser un miembro de los Modern Talking retirado con su peli rubio y su tez morena perfecta, cuenta en su penoso currículum videoclipero con ser el realizador del festival de Eurovisión del 2007(¡¡!!) Dicho esto, a uno no le extraña el ver que a los 20 minutos se haya cargado toda la poca emoción que pudiera haber en la trama y que para intentar provocar alguna emoción entre el público haya desempolvado algún manual del susto de los almacenes de la Hammer y haya seguido de forma rutinaria lo que dice telegrafiando los sustos como un acto de buena fe hacia el espectador. Seguro que lo más terrorífico que había visto el rubiales del Antti antes de hacer esta peli era al Uribarri riendo hondamente al clavar todas las previsibles puntuaciones del concurso musical freaky por excelencia.

"Hay muchos bomboncitos enseñando el palmito por Beverly Hills más adecuados para este papel que la feucha de Swank"

Si la dirección y el guión no son nada del otro mundo, podríamos albergar la esperanza de que los actores salven la peli con interpretaciones memorables, pero no. La Hilary Swank desde luego no está hecha para este papel ni de coña. Se supone que ha de ser una mujer atractiva y con encanto, que provoque que un hombre se sienta atraído sexualmente por ella y que haga lo que sea para llevársela al catre... Pero Atracción fatal no nos la hubiéramos tragado si Michael Douglas no fuera un macho-man de altura, y Acosada no hubiera sido lo mismo sin que la Sharon Stone emanara aquella sensualidad y erotismo... Desgraciadamente, Hilary Swank, lejos de tener el cuerpo sugerente y el perfil de morbosidad que requiere el papel, se caracteriza por tener un cuerpo atlético y musculoso, además de unas prominentes mandíbulas de boxeadora, (que precisamente le han permitido llegar a interpretar a una boxeadora en Million Dollar Baby y a una lesbiana transexualizada en Boys don’t Cry). En definitiva, que hay muchos bomboncitos enseñando el palmito por Beverly Hills más adecuados para este papel que la feucha de Swank.

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"Han olvidado mencionar que también me parezco a Brad Pitt, pèro sólo a oscuras"

Tampoco el casero acosador interpretado por Jeffrey Dean Morgan (el excéntrico Comediante de Watchmen) es una buena elección, pues tiene el problema de que su apariencia resulta impersonal, ya que por momentos nos recuerda a Robert Downey Jr. y en otras ocasiones (al andar, en la voz…) a Javier Bardem. Además, como psicópata pervertido y voyeur no acaba de ser convincente porque cuesta creer esta obsesión sobrevenida por el “bellezón” de la Hilary (exagerada y desagradable resulta la escena de onanismo en la bañera de su inquilina. ¡Guarro!).

Para rematar la faena (que no se llevará las orejas ni el rabo, ni saldrá por la puerta grande de la plaza), al único filón del que podrían haber sacado petróleo, que es la presencia del señor (con todas las letras) Christopher Lee, resulta que sólo se le dedica un nimio papel intrascendente con cuatro miniescenas. Supongo que habrá aceptado el papel por fidelidad a la empresa que le permitió dar el salto a la fama, porque si no no se entiende que se haya rebajado tanto para hacer este papel. Con lo bien que hubiera quedado ponerle unos colmillos de legendario conde Drácula y verle hincarle los dientes con su maestría y clase marca de la casa…/>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Congelada en carbonita



		Recomendada por Kuato a: nadie especialmente, excepto a los enólogos, productores de vino o similares, porque en esta peli se hace claramente apología de ese licor que dicen que es tan sano para el corazón.

		No recomendada por Kuato a: los nostálgicos de las grandes producciones de la Hammer. Ver *La víctima perfecta* les dará grima.

		Ego-Tour de luxe por: la prota de la peli, quien todo y ser cirujana le da al vino que da gusto, lo que nos congratula por convertirse en una candidata virtual de nuestras farras venusvilleras.

		Atmósfera turbínea por: esa ñoñería típica de estas pelis con presunta atmósfera sexual, pero donde no te dejan ver nada que pueda subir la líbido, hasta el punto de que la escena más “fuerte” es una lamida de... ¡manos! a una Swank drogada y dormida:¡UUUUUUUHHH!