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<No, si al final será verdad que quien la sigue la consigue, porque desde que Astérix y Obélix contra César (1999), que fue considerada en todo los países del mundo una de las peores del año, a excepción de Francia, donde fue todo lo contrario: el éxito de la temporada, con el resto de secuelas ha ido decreciendo el interés por ver en la pantalla a los galos creados por Goscinny y Uderzo. Ni Astérix y Obélix: misión Cleopatra (2002), ni Astérix en los Juegos Olímpicos igualaron el éxito del primer episodio en su país de origen.
¿El problema? Aparte de una falta de talento total tanto en el guión como en la dirección, haber creado un producto demasiado localista en vez de abrirlo al resto del mundo con vocación internacional. Todo actoruchos franceses para hacer gracietas que solo ellos entienden.
Aún así, erre que erre, en el país vecino siguen empeñados en ir facturando entregas del irreductible galo aún a pesar de tener que cambiar el actor que lo interpreta (de Christian Clavier en las dos primeras, se pasó Clovis Cornillac en la tercera, y ahora a Eduard Baouer en la cuarta).
¿La razón? Muy sencilla, que a Gerard Depardieu le gusta interpretar a Obélix, y como él es la estrellita, mientras le guste interpretar a Obelix, se seguirán realizando pelis de Astérix para que pueda seguir interpretando a Obélix. La última, Astérix y Obélix: al servicio de su majestad, título jamesbondiano de la adaptación de “Astérix en Bretaña”.
A ver qué tal sale (suspiro de resignación). De momento la buena (por llamarlo de alguna manera), a falta de ver esta última entrega es Astérix y Obélix: misión Cleopatra./>
“Astérix et Obélix: Au service de sá Majesté” (2012). Dirigida por Laurent Tirard con Gerard Depardieu, Edouard Baer, Fabrice Luchine, Catherine Deneuve, Jean Rochefort y Danny Boon.
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