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Muñeca de aire, cigala vacía La prueba definitiva de que no se puede fiar uno de las mujeres ni que sean de goma y rellenas de aire Por Anna Bou |
<Suerte que Air Doll la ha filmado un japo. La llega a hacer un director de otra nacionalidad real o inventada y le sale una chabacana cerdada, a saber, una especie de Porkys nipona que hubiera hecho las delicias de cualquier mente en rebajas.
Porque hay que reconocer que la historia de una muñeca hinchable que cobra vida da mucho juego en terreno pantanoso. Por suerte el tema lo ha pillado antes que nadie Hirokazu Koreeda y el resultado es una deliciosa e interesante película con sabor a haikú cocinado a fuego lento, muy lento.
Eso sí, amantes de zombies y de la acción en sobredosis, absténganse, ya que esta peli les podría provocar una ansia brutal de chutarse un superhéroe a los cinco primeros minutos.
"Mi superhéroe favorito es Mr. Fantástico porque tiene el cuerpo de goma"
A lo que vamos: en Air Doll un hombre tiene una muñeca hinchable que se llama Nozomi. A Nozomi le habla (qué tal cariño, ¿cómo te ha ido el día hinchable?), la saca de paseo (los dos conjuntados con el mismo estampado de bufanda), la baña (le compra un champú especial para pieles de vinilo), se la tira, etc...
Hasta aquí todo normal. Lo extraño es que Nozomi va y un día pilla un corazón. ¿Y qué pasa cuando una tiene un corazón? Pues nada, que hay que romperlo, que para eso está. Se nos enamora. Nozomi se nos enamora de otro que no es su propietario (mírala, tiene corazón y lo primero que hace es enamorarse de otro, ¡cómo aprende la muy plasticosa!), lo cual le provoca unas calenturas torturadoras en su nuevo raciocinio made in Japan.
"Por mucho que se haga la estrecha vinílica no le cuesta nada a esta cerdilla con preservativo incorporado espatarrarse cuando la ocasión lo requiere" |
Nuestra muñeca de plástico no tan sólo se enamora sino que además mira y observa, de hecho sobretodo mira y observa: el paso del tiempo, el peso de las ciudades, la soledad del mundo, la cantidad preocupante de personas que están tan vacías como ella, por dentro. Y aquí está el verdadero tema de la película: el vacío existencial.
El vacío existencial: esa cosa que guardamos en el congelador al lado de los bistecs o el salmón de La Sirena. Pero sobretodo el vacío existencial de tanta cigala vacía que no encuentran su lugar en el mundo excepto en Nozomi, que para eso está, que por mucho que se haga la estrecha vinílica no le cuesta nada a esta cerdilla con preservativo incorporado espatarrarse cuando la ocasión lo requiere. Porque su misión en el mundo es satisfacer los deseos sexuales de los hombres, tal como ella misma reconoce.
"Pues en Las mujeres perfectas bien que se follaban a las robots y nadie se quejó"
No me negarán, queridos venusvilleros, que esta putanesca con pensamientos vitales a lo Schopenhauer no es una heroína brutal. De todas maneras nunca se llega a ver a Nozomi como una cualquiera, como una putingui de tomo y lomo (que lo es), porque el tratamiento de esta Nozomi no es nada obsceno (de allí el comentario primero, que la llega a dirigir otro director y aprieta a correr en dirección a Cuenca) sino todo al contrario: ella es más cándida que cerdi, es una especie de Amelie border line que descubre todo un mundo nuevo con una mirada tan inocente que a veces resulta un pelo imbécil. Más parece que haya tomado vida una Nancy modelo “japonesita con tirabuzón” que no una muñeca hinchable con destino al mete-saca.
Pero se le permite esta licencia a la película por ser tan original y tan japonesa y tan muñequita linda. Aunque eso sí, como que Hirokazu Koreeda le ha querido meter todo el vacío del mundo, ha salido excesivamente larga. Larguísima.
Parece mentira que el vacío ocupe tanto, ¿verdad?
No somos ná./>
INFORME VENUSVILLE |
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Sentencia Quaid: Copas de yate |
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Recomendada por Kuato a: quien quiera ligar de forma original. Enchúfele a la chica un “Y tú, ¿por dónde te hinchas?” y no causará indiferencia, créame. |
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No recomendada por Kuato a: los que compran muñecas hinchables. Ahora cada vez que las usen deberán decir como mínimo un “te quiero”. Por si las moscas. |
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Ego-Tour de luxe por: el momento en que él la hincha a ella porque se está desangrando de aire. Puro sexo. |
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Atmósfera turbínea por: cierta dosis cursilera del final. Incluso los descendientes de los samuráis caen en las garras de esta enfermedad tan aplastante. Una pena. |
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