<Hacía meses que decimos que con tanta demora y retrasos de fechas, la producción de El Hobbit iba a ser tan lenta y agónica como la de la cuarta entrega de Indiana Jones, lo que jamás pensamos en ningún momento es que llegaría a ser tan alarmante como para que al mismo Guillermo Del Toro, director elegido por Peter Jackson, se le inflaran las pelotas y abandonara el barco.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la suspensión hasta nueva orden del rodaje que debía empezar este verano, en base a la crisis económica que está sufriendo la Metro Goldwyn Mayer (la misma que también ha llevado a paralizar la nueva entrega de James Bond). Guillermo Del Toro lo explica así:
“Después de dos años de vivir, respirar y diseñar un mundo tan rico como la Tierra Media de Tolkien, debo, con gran pesar, abandonar la tarea de dirigir estas maravillosas películas. Las dichas han sido muchas, pero las presiones en los conflictos de agenda han superado el período de tiempo que originalmente había destinado para el proyecto”.
Triste noticia. Desgraciada noticia. ¡Trágica noticia! En primer lugar evidentemente por la espantada de Guillermo Del Toro, que era el realizador más cualificado, idóneo y perfecto para dirigir con buen pulso la adaptación de Tolkien (¿se imaginan cómo quedaría con Tim Burton?), y en segundo por todos los interrogantes que se abren a partir de ahora: ¿cuándo se retomará la producción?, ¿cuándo se iniciará el rodaje?, ¿cómo afectarán también las nuevas fechas al reparto?, y la pregunta del millón: ¿quién será el nuevo director elegido? Siempre y cuando, claro está, El Hobbit no se cancele definitivamente, lo que sería motivo de tomar por la fuerza la sede de la M.G.M. y secuestrar a sus dirigentes amenazándoles con el rodaje o la vida./>
Guillermo Del Toro con Peter Jackson. ¿Estaremos ante una foto histórica?
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