Hostias finas a cargo de un Bill Skarsgard más fibrado que Bruce Lee saliendo de bodybuilding
Desde que John Wick irrumpiera en el panorama cinematográfico como un tornado, el cine de acción se ha puesto de moda y ha ido derivando hacia el género de los mamporros mondos y lirondos. Tras Monkey Man nos llega ahora Kill Boy, la última demostración que la mejor manera de clamar venganza es palpando los intestinos de tu oponente sin una incisión quirúrgica previa.
El director Moritz Mohr explica que la trama y el estilo visual de la película se inspiran en características de los videojuegos más punteros, además de las películas de acción coreanas, el anime japonés y el género de terror y fantasía clásico. «Soy gamer de toda la vida y he intentado imbuir esa locura y diversión en este filme», comenta.
Kill Boy es un espectáculo salvaje de una calidad visualmente arrolladora repleto de humor negro, acción frenética, artes marciales y ultraviolencia, que cuenta con el sello de Sam Raimiy un Bill Skarsgard en estado de gracia que demuestra que a su lado, su hermano Alexander es un pussy y un tirillas.
SINOPSIS
El joven sordomudo Boy decide enfrentarse a la matriarca de la familia Van Der Koy, una desquiciada dinastía que tiene a toda la población sometida bajo su yugo. Tras vivir una trágica infancia, un enigmático chamán le ha convertido en un instrumento de venganza listo para hacer justicia. Para llevar a cabo su cometido, Boy se unirá a un peculiar grupo de rebeldes que desean acabar con el sistema corrupto que domina la sociedad. ¿Una misión suicida? Boy está más que preparado para una buena dosis de acción y ultraviolencia.
“Boy Kills World” (2024). Dirección: Moritz Mohr. Guión: Arend Remmers, Tyler Burton Smith, Moritz Mohr. Reparto: Bill Skarsgard, Jessica Rothe, Michelle Dockery, Brett Gelman, Isaiah Mustafa, Yayan Ruhian, Andrew Koji, Sharlto Copley, Famke Janssen, Quinn Copeland, H. Jon Benjamin.
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