Propuesta de terror adolescente para echar las cartas en vez de para echar un kiki como en los 80
Algún manual de “Cómo hacer una peli de terror en tres lecciones” debe circular por las escuelas de cine de Hollywood, o ya ni eso, por internet para que los aspirantes a James Wan se lo descarguen sin necesidad de pagar matrícula. Lección 1: situar un grupo de jóvenes en un espacio singular, sea una cabaña en el bosque, un cementerio en las afueras o una casa de colonias en el campo; lección 2: encontrar un objeto misterioso que dé yuyu, sea un libro de magia arcana, un tablero ouija o unas cartas del tarot; lección 3: realizar el ritual a modo de juego, y a partir de aquí, ya a gusto de cada uno, que los susodichos jovenzuelos vayan palmando de la manera más cafre, uno a uno, como quien pide la vez en la carnicería.
Eso es ni más ni menos Tarot, la milésima película de terror adolescente con el grupo de jóvenes de turno palmando en cadena, en este caso por haber jugado al Cinquillo con la baraja equivocada durante un finde en el campo. Peli de terror de estilo ochentero-noventero, pero respetando las tendencias actuales, no vaya a ofenderse nadie, pues si en los 80 los jóvenes de las pelis de terror se iban de finde para desmadrarse, emborracharse y follar como si no hubiera mañana, aquí son de lo más sosos y correctos, con castas relaciones interraciales, sugeridas relaciones homosexuales, y a excepción del personaje cómico, todos más guapazos que los modelos de una portada del Superpop.
"Veo que si quieres seguir haciendo terror deberás castear para Háblame 2"
O sea, que uno ya no sabe si está viendo una película de terror o un capítulo de Sensación de vivir… Suerte que las primeras muertes nos devuelven al género, y pese a no ser ni tan sangrientas como las de cualquier slasher ochentero de videoclub con el serial killer enmascarado de turno, hacha, machete o cuchillo jamonero en mano, ni tan imaginativas y cachondas como las de la saga Destino final (eso de que empiezas pillándotela con la cremallera y acabas ahorcándote accidentalmente con la cola del gato), sí son lo suficientemente explícitas como para que no abandonemos la sala ante la disyuntiva de realizar una práctica más enriquecedora, como plegar calcetines por ejemplo.
“Tarot es la milésima película de terror adolescente con el grupo de jóvenes de turno palmando en cadena”
Aunque en Tarot, el tema de las muertes, o mejor dicho, el o los responsables de éstas, al poseer naturaleza sobrenatural, está planteado como un batiburrillo de mil y un títulos plagiados de aquí y allá, desde Mamá a La monja, sin que se llegue nunca a hacer gala de una personalidad propia. Es lo que tiene rellenar una plantilla sin preocuparse de que el guión tenga una mínima coherencia, que la peli se queda en la forma descuidando el fondo. Por eso no cuela la explicación global, no cuelan los elementos sobrenaturales ejecutores, no cuela el personaje informativo, y aún cuela menos la resolución final, todo lo cercana que se puede estar de un happy end tan forzado como irrisorio.
"Dime si me ves alguna posibilidad de hacer un trio con Tom Holland y Zendaya"
Eso es lo que ocurre al emular a James Wan sin ser James Wan, que se factura una horror movie adolescente de lo más comercialoide, apoyada en actores tan insulsos como un martini sin aceituna, sin desarrollo de personajes más allá de mostrarnos quién está liado con quién (de follar no hablamos porque todo es de lo más casto y puro, no sea que se ejerza una mala influencia en los espectadores más jóvenes), sustentada en cuatro muertes y cuatro sustos, sin llegar a conseguir en ningún momento una atmósfera de terror que predisponga al espectador a pasar miedo sin necesidad de sustos, o le provoque taparse la cara con las manos para evitar ver lo que sucede en pantalla.
Tendencia que mal nos pese a los fans del terror, es una constante actual del género practicada hasta la saciedad. Facturar productos de terror ligero de usar y tirar para uso doméstico de los adolescentes, como viene haciendo Blumhouse por ejemplo en todos sus títulos recientes (Five Nights at Freddy’s, La piscina, Imaginary). Si los aspirantes a nuevos gurús del terror no se exprimen la sesera como en Cuando acecha la maldad, Háblame o La primera profecía, y se limitan a facturar una peli con cuatro sustos y cuatro muertes, pues que al menos su peli de sustos y muertes sea un espectáculo festivalero como Abigail con la que aplaudir a rabiar con cada una de las muertes, y no un producto para ponérselo a los niños antes de dormir.
INFORME VENUSVILLE
Venusentencia: Congelada en carbonita
Recomendada por Kuato a: quien crea que el auténtico terror es quedarse sin cerveza el finde, como les ocurre a los personajes de la peli.
No recomendada por Kuato a: quien al oír “terror con adolescentes desmadrándose el fin de semana”, crea que va a ver tetas.
Ego-Tour de luxe por: el agente de Jacob Batalon, capaz de meterlo en una peli con tantos guapazos y guapazas.
Atmósfera turbínea por: ese batiburrillo de mil y un títulos y el final, para verlo con una pinza de tender en la nariz.
■ TAROT. “Tarot” (2024). Dirección y guión: Spenser Cohen, Anna Halberg. Reparto: Harriet Slater, Adain Bradley, Avantika, Wolfgang Novogratz, Humberly González, Larsen Thompson, Jacob Batalon. ESTRENO EN VENUSVILLE: 10/05/2024.
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