SKYFALL crítica: No es MI6 para viejos

No es MI6 para viejos James Bond vuelve más madurito para enfrentarse a Javier Bardem de villano Por Ray Zeta

<Tanto John Glen como Martin Campbell declararon en su momento que en las primeras respectivas escenas de 007: Alta tensión y GoldenEye, títulos ambos en los que se presentaba a un nuevo actor como 007, tenían que convencer al público de que Timothy Dalton y Pierce Brosnan eran James Bond. Skyfall no es la primera película de Daniel Craig como Bond, pero en cierta manera Sam Mendes ha tenido también que re-convencernos de la credibilidad de Craig y del personaje tras el fiasco que supuso en todos los aspectos la super-fallida Quantum of Solace (en tan dramática situación dejó a la saga que a punto estuvo Skyfall de no rodarse, y por ello y acuciado por la crisis de la Metro Goldwyn Mayer se ha tardado cuatro años en hacerlo).

   Vaya por delante que lo consigue con creces y que Skyfall devuelve a la franquicia bondiana al nivel del que nunca debió haber salido. Los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson sabían que se la jugaban y han apostado fuerte sin escatimar medios ni para fichar al personal adecuado (Sam Mendes el primero), ni para tener un guión a la altura de las necesidades (se contrató al épico John Logan –Gladiator, El último samurái, La invención de Hugo- para que revisara el libreto escrito por los habituales Neal Purvis y Robert Wade), ni para que la película luzca de primera (150 millones de dólares ha sido el presupuesto confirmado). Skyfall no es una película perfecta pero casi, por lo que en el ranking de la hasta ahora trilogía protagonizada por Daniel Craig (ha firmado para dos entregas más), el primer puesto sigue ocupándolo Casino Royale.

"Pues Roger Moore estaba más viejo que yo, y encima en una época que no existía el viagra"

   Una película de James Bond que a diferencia de (déjenme decirlo una vez más, les prometo que será la última) Quantum of Solace, reúne todos los tópicos marca de la casa de la franquicia para regocijo de los fans: acción trepidante (vean la larga secuencia prólogo en Estambul), villanos de tebeo (Javier Bardem, como ya sabrán), chicas Bond de rompe y rasga (Naomie Harris como la buena y Berenice Marlohe como la mala), gadgets de ciencia ficción (una Walther PPK personalizada), escenarios exóticos con casinos donde lucir palmito (Shangai y Macao), amén de los personajes habituales de la familia (M y ahora también Q), y un Bond doble cero paseándose en smoking por casinos, plimpándose martinis con vodka y presentándose a chicas Bond y villanos con la mítica frase “Bond, James Bond” (no como el nenaza de Quantum of Solace que no la decía ni una sola vez. Lo siento, no he podido evitarlo), con referencias además a modo de guiño a otras entregas de la saga como homenaje por su 50 aniversario para que la fiesta esté completa (me muero de ganas por citarlas, pero voy a contenerme para no chafárselas).

   Porque lo que uno espera cuando va a ver una película de James Bond, es ver el universo Bond con todas sus constantes, si no es como si nos sisaran la aceituna del martini (agitado, no revuelto), y en él al mismo James Bond tan Bond como siempre. Por suerte para nosotros, Skyfall nos devuelve al James Bond de toda la vida. Un James Bond duro y sin escrúpulos (“¿Asesinato?”, le pregunta el psiquiatra en el test psicotécnico de palabras asociadas, “Empleo”, responde él), bebedor (más que nunca), follador y matador, que Daniel Craig interpreta fusionándose hasta tal punto con el personaje, que parece que no haya habido en la vida más James Bond que él. Al lado de Craig, Sean Connery queda como un escocés cazurro que no sabe ni deletrear su nombre, Roger Moore como un viejo verde ligón de discoteca, Timothy Dalton como un nenaza que se la aguanta con pinzas, y Pierce Brosnan como un yuppy estirado que anda con una escoba metida en el culo (a George Lazenby ni le nombro). Viendo Skyfall, uno toma la determinación de que Daniel Craig ES James Bond.

   Un James Bond que evoluciona además como personaje proporcionalmente al número de películas realizadas. Este James Bond es un Bond más maduro, en cierta forma anticuado por no decir obsoleto, consciente de sus limitaciones (jode reconocerlo, pero tanto es así que hay momentos que no se aguanta ni los pedos), que se plantea su razón de ser, y con tintes incluso crepusculares. Porque el film tiene tanto de drama como de acción (puede que incluso demasiado), quizás por seguir la estela marcada por Christopher Nolan en su trilogía de Batman. Exceso de drama que conforma uno de los puntos por los que Skyfall no acaba de ser redonda. Vale que el personaje tenga que ser humano y no plano como uno de tira cómica y que por ello tenga motivaciones, inquietudes y matices, pero tampoco es plan de convertirlo en uno de drama shakesperiano, que a fin de cuentas esto es una peli de acción con peleas, persecuciones y tiroteos, y para comerse el coco en el sofá del psicoanalista ya están los personajes histriónicos de Woody Allen.

   En cuanto a los segmentos de acción, siguiendo la tónica marcada por la película, casi perfectos pero no redondos del todo. Espectacular el inicio en Estambul, emocionante toda la parte de Londres, sorprendente por intimista el clímax en Escocia, y totalmente fallido el episodio de China. ¿James Bond en un casino de Macao, y eso es todo lo que se les ocurre? Un diálogo con la chica Bond, una minipelea ridícula y listos, se pulen el segmento de Macao como si el tiempo apremiara y se tuvieran que devolver los decorados. Precisamente es por este segmento que el espectador tiene la sensación de que falta acción en el tercio medio de la cinta, siendo ésta más sosegado de lo que debería. La parte de China merecía una set piece de acción de más enjundia aprovechando el exotismo del lugar igual que la secuencia inicial de Estambul. Hubiera sido el puente perfecto para la presentación del villano.

"Relájate, que te enseñaré lo que aprendí en Antes que anochezca y Segunda piel"

   Un villano bien interpretado por Javier Bardem, que sin duda será de los que se recordará: ojos de sapo, cabello rubio teñido y sexualmente ambiguo, apto tanto para dominar el mundo como para bailar el “I am what I am” en una carroza el día del Orgullo Gay en Chueca. Bardem compone un villano estrambótico y afectado antológico, que encaja por derecho propio en la lista de freaks compuesta por Skaramanga y su tercera tetilla (El hombre de la pistola de oro), Renard y su bala incrustada en el cerebro (El mundo nunca es suficiente), y Le Chifre y su ojo llora-sangre (Casino Royale). Otros fichajes acertados en cuanto a personajes son Ralph Fiennes como jefe del MI6, Ben Whishaw como un joven Q (correcto, pero yo hubiera preferido que hubieran mantenido a John Cleese como sucesor de Desmond Llewelyn), y uno sorpresa que no desvelaré (ya ven que hoy me estoy comportando).

   Sin llegar a la excelencia de Operación Trueno,  Sólo para sus ojos, Alta tensión, El mañana nunca muere o Casino Royale, por citar las que son en mi opinión las mejores entregas de la saga de cada uno de los actores que han interpretado a 007 (a George Lazenby vuelvo a ningunearlo), Skyfall se revela como una película de James Bond de notable alto, que llega en el momento justo que más necesitaba la franquicia para revitalizarla y para recuperar la confianza del público (el general, que el militante nunca la perdimos). Una franquicia que gracias a este título cumple 50 años más viva que nunca y que deja claro que tiene cuerda para rato, al menos mientras el cuerpo serrano de Daniel Craig aguante, como bien demuestra la frase que sale al principio de los créditos finales: “James Bond will return”. No se me ocurre mejor manera de celebrar su 50 aniversario que ésta./>

Atmósfera turbínea por: no me jodan, si al final de la peli pasa lo que pasa, es que James Bond fracasa en su misión, ¿no? Hubiera preferido que acabara con un gran banquete como las aventuras de Astérix...

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Copas de yate
		Recomendada por Kuato a: los que perdieron la fe en la saga con Quantum of Solace. Skyfall se la hará recobrar como si se les apareciera el arcángel Gabriel… armado con una Walther PPK.
		No recomendada por Kuato a: quien prefiera James Bond más mojigatos como el de Alta tensión o incluso el de Quantum of Solace. Este Bond asesina, folla, priva, priva otra vez, vuelve a privar (es que en esta peli priva mucho) y vacila a la peña. Me encanta.
		Ego-Tour de luxe por: Daniel Craig, más afianzado que nunca como James Bond. Tanta ha sido la fusión conseguida con el personaje, que a partir de ahora hasta sus padres le llamarán James.

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