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Déjame que te acaricie el saw-saw Muerto Jigsaw, sus sucesores proponen ahora jueguecitos inspirados en los "Juegos Reunidos Geyper" Por El Hombre de Boston |
<Decía Cecil B. DeMille que una película debe empezar con un terremoto y a partir de allí ir in crescendo. Para sorpresa de todos, este sexto episodio de Saw no empieza con un terremoto sino con una explosión nuclear, pues su escena prólogo es de lo más bestial y cafre que hemos visto en la saga en mucho tiempo. Lástima que Kevin Greutert no sepa seguir el consejo del director de Los diez mandamientos y a partir de ahí la explosión nuclear se convierta en el pedo de una viejecita después de cenar fabada.
En esta escena prólogo, la razón por la que el Ministerio de Cultura otorgó a Saw VI la descojonante clasificación X, un gordito y una negrita tienen un minuto para cortarse carne de su propio cuerpo y depositarla en una balanza. Sobrevivirá quien se corte más cantidad. Mientras el gordinflas se autopractica una liposucción a base de rebanarse michelines, la negrita corta por lo sano (nunca mejor dicho), y se amputa el brazo a base de machetazos.
"¡Que supere esto Cary Elwes si tiene huevos!"
Escena morbosa, sádica, retorcida, con mala leche a raudales, y absolutamente genial. Y como es la primera nos hace babear más que un alien aquejado de sialorrea imaginando las que están por llegar. Pero las expectativas depositadas se van desvaneciendo como el pedo de la abuela de la fabada (la del anuncio no, la del ejemplo) en el viento, a medida que transcurre la peli y comprobamos que los juegos posteriores son más dignos de un programa como Jackass que de una película como Saw.
Porque seamos sinceros, muerto Jigshaw en la tercera parte, el alma mater de la saga, y siendo ésta estirada por productores y guionistas a base de introducir aprendices, viudas y policías con menos carisma que un tomate para que ejerzan de sucesores del maestro y continúen su legado, ya sea siguiendo sus enseñanzas, sus instrucciones mediante grabaciones extraídas directamente de su estomago o mediante sobres sorpresa que recuerdan los de un concurso televisivo, el único motivo que nos queda a los fans de la franquicia para seguir viendo sus entregas es deleitarnos con sus sanguinarios jueguecitos.
"A medida que transcurre la peli comprobamos que los juegos planteados son más dignos de un programa como Jackass que de una película como Saw" |
Lo mismo sucedía con los episodios de Pesadilla en Elm Street. ¿A alguien le interesaba su argumento o los giros argumentales que justificaban la insistente presencia de Freddy Krueger? En absoluto. Ahí de lo que se trataba era de ver cómo Freddy se iba pasando por las garras a todo el reparto de jovenzuelos calenturientos de turno en una galería de muertes cachondonas que lo mostrasen desde como un titiritero a un showman televisivo, pasando por una parodia de Tiburón.
Pues en la saga Saw ocurre lo mismo. Perdida la fe en sus guiones, lo único que nos queda es disfrutar y deleitarnos con juegos, pruebas y torturas dignas de Jigsaw cuya sangre atraviese la pantalla y nos salpique en la platea como salpicaba en el palco real la sangre de los torneos en La bestia del reino. Y eso en Saw VI pasa en la primera escena y en ninguna más, lo que a estas alturas de franquicia la convierte en un episodio tan fallido como Los inmortales 2.
"Para que siga saliendo, en la próxima Saw pondremos el vídeo de mi boda"
El gran problema de esta entrega es que a diferencia de las anteriores, menos el juego mostrado en el prólogo, todos los demás parecen sacados de una fiesta infantil, consistiendo en que el protagonista deba decidir como único jugador qué personajes secundarios morirán y cuáles vivirán, en vez de jugarlos él. Personajes por otro lado tan secundarios todos ellos que nos la repampimfla si viven o mueren. Un conserje, una secretaria, una abogado, diversos analistas... Emocionantísimo a más no poder. El juego del conserje recuerda un concurso de eructos; el de las pasarelas del ahorcado a la “peste alta”; el del carrusel giratorio al juego de las sillas; y el de la carrera contrarreloj a una gincama del Club Supertrés.
Señores guionistas, lo que queremos es ver a personajes que conocemos y que nos importan pasándolas putas en primera persona, con artilugios con clavos que les perforen el cerebro, pinchos que les desgarren analmente, o cuchillas que les corten la picha a rodajas si es preciso, pero repito: en primera persona, y no decidiendo sobre otros con toda la tranquilidad del mundo como un televidente tumbado en el sofá de casa en bata y babuchas, qué participantes de “Gran Hermano” deben permanecer o abandonar la casa. Esto más que una de Saw parece Jordi Hurtado arbitrando pruebas en “Si lo sé no vengo”./>
INFORME VENUSVILLE |
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Sentencia Quaid: Congelada en carbonita |
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Recomendada por Kuato a: fans de Tobin Bell, pues pensaba que sólo Drácula y Freddy Krueger volvían de la tumba, pero viendo que Jigsaw sigue apareciendo pese a estar muerto, confirma que estaba equivocado. |
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No recomendada por Kuato a: fans de los jueguecitos Made in Jigsaw. Pero no las imitaciones fabricadas en Taiwán sino los auténticos. |
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Ego-Tour de luxe por: la escena prólogo. Jigsaw sonrió desde el infierno cuando la vio. Bueno, mejor dicho desde el flashback, porque sale en muchos... |
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Atmósfera turbínea por: que el gordito de la escena prólogo no se corte la polla. Hubieran sido unos gramos ganados de un solo tajo de la manera más fácil. |
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