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El tostón se vuelve global Alice vuelve trayéndose de nuevo a Jill y a Rain Por Mr. Moore |
<Parece ser que la saga cinematográfica de Resident Evil insiste en ir de la manita y seguir los pasos de su homólogo pixelado (y origen de la franquicia), hecho que sólo hace que entristecer a los auténticos fans del videojuego. Aquellos chavales, y no tan chavales, que en el año 96 nos pillamos en el mercado negro un tal “Biohazard”, última novedad de la compañía nipona Capcom, y alucinamos noche tras noche, y partida tras partida, con un concepto de juego completamente diferente que encima suponía un salto cualitativo a nivel técnico y jugable, por no hablar del mayúsculo acojone que suponía jugarlo a solas de madrugada... (¡¿quién es el guapo que no lanzó el pad por los aires en más de una ocasión?!)
Las palabras de uno de los redactores de la web Meristation (algo así como el Diario de Venusville de los videojuegos) refuerzan de manera palmaria mi afirmación en su crítica sobre el juego Resident Evil 6: “El mayor apocalipsis zombi se llama Capcom, que se ha agarrado más al gatillo que a la pieza de puzzle. Admitámoslo, la marca Resident Evil ha mutado, está infectada del Virus Hollywood. Argumento, espectáculo y supervivencia en una carísima promesa incumplida que aún así es tan duradera como divertida. Apenas hay nostalgia, hay adrenalina”. No podría estar más de acuerdo, de hecho durante los últimos meses, la propia Capcom remarcaba que su nuevo lanzamiento volvería a los orígenes del primigenio survival horror (léase, acertijos a resolver, medios tiempos escénicos, ritmo pausado con picos puntuales de pánico o insoportable claustrofobia...). ¡Bullshit! Ha vuelto a parir el mismo shoot´em up al que nos tiene acostumbrados en la última década.
"No digan que a mí me queda mucho mejor el látex negro que a Kate Beckinsale en Underworld"
Servidor no sabe si Paul W. S Anderson y su troupe de guionistas también van de la manita de los programadores de Capcom, pero la verdad es que lamentablemente, y nunca mejor dicho, por ahí van los tiros... Es de agradecer por eso que a estas alturas de la función tengan el detalle de resumirnos y recordarnos al inicio de la proyección (aunque de forma bien patillera, eso sí) las anteriores entregas de la saga. Tan sólo empezar la película, un jeto de Alice a lo Max Headroom nos relata sus andanzas, la del equipo de fuerzas especiales S.T.A.R.S., y los cachondos experimentos de la corporación Umbrella durante todos estos años. De paso nos cascan escenas de los cuatro anteriores films, y así con todo bien masticadito, ya podemos empezar la ensalada de tiros (que total, es lo que el público espera, ¿no?).
"Los nuevos zombies de Umbrella dejan a los de la saga 28 días después a la altura de niños de teta porque conducen coches y disparan bazookas" |
Aprovechando el resumen van apareciendo todos los personajes que hemos ido viendo tanto en pantalla grande como en la tele de casa dirigidos por nosotros... Jill Valentine, su entrañable escolta Barry Burton (con su mítica Magnum y el purito de rigor), el hermanísimo de Claire, Chris Redfield, Leon S. Kennedy, Ada Wong, o el villano de turno Albert Wesker. Bien, muy bonito sacarnos a toda la tropa de carácteres con los que algún día sufrimos virtualmente, pero esto se queda en nada si luego los zombies, protagonistas reales de la franquicia, que aparecen, ya nada tienen que ver con los devora-cerebros de George A. Romero o de los primeros Resident Evil. Ahora estos nuevos zombies dejan a los de la saga 28 días después a la altura de niños de teta. Los nuevos zombies de Umbrella conducen coches y hasta disparan bazookas (¿?), y lo peor de todo, no dan miedo. Nada, ni una pizca.
"Me traigo compis anteriores porque así si la peli sale mal repartimos las culpas entre todos"
En resumen, han conseguido convertir una saga que podía haber mezclado con mimo y savoir faire la acción, el terror y algunas gotitas de investigación noire, en un juego de pirotecnia vacuo (¿Alice está ubicada en el universo de Resident Evil o en una zona de caza del Perseguido de Schwarzie?), donde cada vez cansa más el síndrome mata-mata, creando una especie de Tigre y dragón con uzis cansino de veras. Y es que Matrix entró bien, pero uno ya tiene las gónadas llenas de tanto bullet time y tanta coreografía en traje de cuero a las primeras de cambio.
De todos modos, la saga fílmica nunca engañó a nadie. Ni siquiera su primera entrega se acercó, ni de lejos, al espíritu de horror clásico que destilaba la mansión de Raccon City del primer videojuego, ya que se centraron muy rápidamente en los entresijos de Umbrella Corp, sus instalaciones varias, y sus tanques de formol (cuando esa parte realmente se nos revelaba durante el último tercio del videojuego). Por tanto, si algo no se le puede recriminar a los quintillizos de Anderson es la coherencia y el continuismo. Uno ya sabe a lo que va y no puede sentirse estafado al salir del cine. El problema es que el cáncer (o el virus T, si quieren) de la franquicia está en fase terminal y con una metástasis aguda. Tanto, que en la sexta entrega, siguiendo con esta coherencia exponencial, lo suyo sería que los personajes protagonistas directamente ni hablasen… A este paso me veo a los zombies con más líneas de diálogo que los propios héroes, y la bella Milla Jovovich poniendo la mano y encantada.../>
INFORME VENUSVILLE |
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Sentencia Quaid: Condenada a alforfones |
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Recomendada por Kuato a: parafílicos de las gafas 3D y la suave presión que ejercen sobre el cartílago nasal. |
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No recomendada por Kuato a: quien desee ver a la Jovovich nuevamente en las marquesinas de los buses, pero no como Alice, sino con una chaqueta de H&M a 29´95 € en ristre. |
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Ego-Tour de luxe por: cayendo en el tópico gorrino, ver a Alice nuevamente en pelotas. ¿Qué quieren? Les prometo que me lo he pensado varios minutos antes de escribirlo, pero oigan, es que no hay nada más... | |
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Atmósfera turbínea por: dos cosas. Los plomíferos, recurrentes e insistentes planos renderizados de la central de Umbrella (cansino), y el plano final de la película vendiéndonos la Casa Blanca como último baluarte en pleno Mordor. |
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