NAMELESS GANGSTER crítica: Gangsta Style

Gangsta Style Libre versión coreana de Uno de los nuestros a ritmo del baile del caballo Por Chema Pamundi

<A los espectadores occidentales el cine coreano suele entrarnos mucho más suave que el chino o el japonés, por una mera cuestión de ritmo y de concepto. De todas las filmografías orientales, la coreana es quizás la menos opaca (a mí por ejemplo el cine chino me resulta especialmente tocho), la que tiene más puntos de contacto con el tipo de entretenimiento de masas que se hace en Hollywood. No en vano películas como Old Boy, The Host, The Chaser o Encontré al diablo han sido tanteadas para convertirse en remakes americanos. Uno se imagina sin problemas a Matt Damon o Christian Bale protagonizando una historia como la de The Yellow Sea.

   Quizás por eso Nameless Gangster llame aún más la atención, porque es una rareza dentro del cine coreano. Su trama es la de una gran “opera gangsterística” de manual, pero su trasfondo y ejecución dependen por entero del contexto en el que está ambientada: la Corea del Sur de los años 80 y 90 (o sea, que en este caso hacer un remake americanizado no tendría la menor gracia). La película ha sido sistemáticamente comparada por la crítica con Uno de los nuestros, lo cual resulta un tanto injusto.

"Yo no bailo el Gangnam Style porque prefiero la Macarena"

   Es cierto que la atención por el detalle en la puesta en escena, la mezcla sin fisuras de géneros (drama, thriller y ciertos toques de comedia), los estallidos puntuales de violencia y los diálogos molones nos pueden sonar parecidos, pero en realidad el estilo de dirigir de Jong-bin Yun y el de Martin Scorsese se parecen como un huevo a una castaña (Jong-bin es bastante más clásico y sobrio, sin rastro de pirotecnia visual). Nameless Gangster es un ejercicio de género muy sólido, sí, pero lo es en base a sus propios méritos, sin copiar a nadie e incluso saltándose algunas convenciones del cine de hampones.

   El planteamiento de Nameless Gangster es cuanto menos pintoresco: Choi Ik-hyun (interpretado por Choi Min-sik, un fijo de los taquillazos coreanos al que ya hemos visto protagonizar peliculones como los antes mencionados Old Boy o Encontré al diablo) es un poli de aduanas al que están a punto de echar del cuerpo, cuando un buen día intercepta un gran alijo de metanfetaminas. Como la ocasión la pintan calva, Choi decide revender la droga a un poderoso gánster local. Al final, el dinero fácil le acabará arrastrando del todo por el camino del crimen y entrará de lleno a formar parte de la banda mafiosa, un territorio resbaladizo en el que con el paso de los años irá perdiendo paulatinamente los pocos escrúpulos que le quedaban.

"¿Y no podríamos ser Infiltrados? Es que Leonardo DiCaprio nos gusta más que Ray Liotta"

   La principal novedad que aporta la película es orbitar en torno a un protagonista que no es el más listo ni el más carismático de la banda (o sea, no es De Niro ni Ray Liotta, por seguir las comparaciones con Uno de los nuestros), sino que de hecho es un miserable bastante antipático y algo torpe, que triunfa por una mezcla de suerte, ceguera ajena y don de la oportunidad. Un superviviente nato, capaz de hacer lo que haga falta en cada momento (desde traicionar a quien se lo ha dado todo, hasta dejarse humillar o apalizar cuando toca) para seguir manteniendo la cabeza a flote en la piscina de mierda donde le ha tocado nadar.

   Este planteamiento aleja a la película del cuento moral y le da una brutal sensación de veracidad (nada de la típica “camaradería entre ladrones”, ni de que al final se haga justicia divina). Aparte de eso, un guión de thriller muy bien trenzado, unas interpretaciones excelentes y el justo nivel de subtexto (qué fácil es dejarse corromper cuando te lo ponen tan a mano), para una película que es rabiosamente cool sin tan solo proponérselo. No, Nameless Gangster no es Uno de los nuestros, pero no hay duda de que es una de las nuestras./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Copas de yate
		Recomendada por Kuato a: quien le gusten las películas moralmente ambiguas. El prota de Nameless Gangster es un hijo de perra repulsivo al que querrías estrangular, pero no puedes hacer otra cosa que aplaudirle.
		No recomendada por Kuato a: quien odie los bares de karaoke. Parece que para los gángsteres coreanos estos locales son la cúspide de la discreción y el buen gusto, porque no paran de montar reuniones allí.
		Ego-Tour de luxe por: que todas las grandes pelis de gángsteres tienen una escena en la que el aspirante a mafioso se gana por fin los galones. En Nameless Gangster, dicha escena no tiene desperdicio (y tiene lugar en un bar de karaoke, como no podía ser de otro modo).
		Atmósfera turbínea por: que algunos giros de la trama quizás dependan demasiado de coincidencias un tanto patilleras.

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