<“¡Jóvenes fans de la magia, ha llegado el momento de dejar a un lado a Harry Potter y apostar por el joven Merlín!”. Este es el eslogan con el que una publicación estadounidense animaba a niños y a adolescentes a poner las novelas del niño mago de Hogwarts bajo las patas de las mesas que bailan, y a dedicarse a las del joven Merlín para leerlas incluso en el WC (¿qué pasa? Encuestas recientes han demostrado que el cagadero es el espacio mayoritariamente elegido como lugar de lectura…).
Novelas, cinco para ser exactos, escritas por Thomas A. Baron que cuentan la infancia y juventud del mítico mago Merlín. Su nacimiento en Gales, sus primeros pasos en el mundo de la magia, y cómo llega a convertirse en mentor del rey Arturo. Un material cojonudo con el que realizar una peli aún más cojonuda si se sabe hacer bien, tal como se pudo ver con la estupenda serie televisiva de 1998 protagonizada por Sam Neill.
Bien, pues parece ser que en Warner Bros. se han tragado el eslogan, y ahora que la saga de Harry Potter ha tocado (por fin) a su fin, están decididos a adaptar las novelas de Baron con intención de crear otra franquicia de éxito que substituya a la de J.K. Rowling. Lo que no dejaría de ser un mismo perro con diferente collar, ya que continuaríamos asistiendo a las aventuras de otro niño mago.
Aún así nada que objetar, siempre y cuando no se caiga en la tentación de seguir la moda de cine fantástico para pre-adolescentes impuesta por Crepúsculo, y conviertan a Merlín en un jovenzuelo rubiales y guapito pese a su acné, como ya pasó con Soy el número cuatro, viviendo un lacrimógeno amor imposible con una aldeana por su condición de mago inmortal./>
Sam Neill también fue un Merlín juvenil y guapetón
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