![]() |
Nada es lo mismo desde los Dodgers María Richard Gere, María Ethan Hawke y María Don Por Da II |
<Como diría el chiste: se levanta el telón y aparecen dos hombres hablando dentro de un coche. De repente, sin venir a cuento, o al menos sin que la conversación lo haya anticipado del todo, una explosión de violencia. Muy Quentin, aunque en este caso el diálogo sea de una retórica sin fondo y no tenga esa ironía intrascendente llena de contenido propia de los mejores momentos de Tarantino. Podemos seguir con el chiste; se vuelve a levantar el telón y aparece un hombre veterano en su cama incorporándose entre sudores -se supone provocados por una noche de sueños turbios- y sin echar la meadita de rigor que conlleva una bufeta de esa edad se mete un lingotazo de whisky sin un aspaviento. Pero como diría Supe rRatón no se vayan todavía, aún hay más. Se vuelve a levantar el telón y un negro en un BMW reparte en Brooklyn desde el maletero de su coche bolsas de coca con la tranquilidad que un tejano repartiría armas automáticas en un centro comercial de Dallas.
Los tres son policías: el corrupto por unas causas nobles (Ethan Hawke), católico él y con una mujer conejera pues no le llega el sueldo; el veterano a punto de jubilarse de vuelta de todo (Richard Gere), al que por supuesto lo ponen de profe de los novatos para joderle sus últimos días en el cuerpo; y el infiltrado (Don Cheadle) que lleva tanto tiempo en la calle que ya ha se ha contaminado de amiguismos, fidelidades y deudas de honor, y por supuesto ya ha desarrollado esa habilidad tan callejera para meter cuatro fucks en una frase de tres palabras. Vamos, una locura de ingenio y originalidad. Tres historias paralelas, muy paralelas, vamos paralelas del todo. Tres historias clásicas del género policíaco, con Nueva York de telón de fondo, más clásico todavía.
"Si esperas maría como en Training Day tendrás que sobornarme como en Asuntos sucios"
Sin embargo, todo queda diluido en una sucesión de tópicos e intenciones grandilocuentes, de situaciones que no aportan nada al argumento, de exageraciones sin fundamento, y de demasiados momentos sin razón que llevan a uno a la extraña sensación que la acción no transcurre en el Bellvitge de Brooklyn (o en cualquier polígono arrabalero) si no en el mismo Bogotá. Una trama deslavazada que ve agravada ese descalabro por la nula interrelación de las tres historias, el momento donde se cruzan sus vidas justamente en un cruce tiene hasta un tufo a tomadura de pelo.
Con unos actores que pasan por la película con esa expresión de circunstancias de no creerse nada y cuyo hilo interpretativo se podría resumir en el estribillo de “la vida me ha hecho asín”, mientras temen que por algún lado suene una canción de Camela. En especial un Richard Gere en un estado de hibernación budista que lo coloca más cerca de un ermitaño colgado que de un policía cansado de la vida. Tampoco suma nada el paisaje Brooklyn para otorgarle esa importancia en el título, no aporta un elemento específico o particular más allá de una serie de bonitas fotografías del puente, el de Brooklyn, claro, y de la línea de metro en una metáfora pajillera para que el espectador no se despiste. La verdad que no aporta un elemento distintivo si la historia transcurriera en Ingelwood o en el Bronx (donde por cierto también hay un barrio con sus bloques de gran parecido a los de la película).
"Unos actores que pasan por la película con esa expresión de no creerse nada y cuyo hilo interpretativo se podría resumir en el estribillo de `la vida me ha hecho asín`" |
Hay una clara diferencia entre reverdecer u honrar un clásico o recurrir a los tópicos, pero ambos comparten que no es necesario extenderse demasiado en ellos ya que el público conoce de sobra de que va la historia, sobre todo si no se aporta ni el más mínimo giro o guiño, un detalle que suele ser incompatible con un metraje de más de dos horas, 130 minutos. Más bien al contrario, suele ser insufrible durante esos 130 minutos. Se echa mucho de menos un buen productor con unas tijeras afiladas. Una tendencia, esta de la larga duración, cada vez más presente en el cine actual donde sigue imperando la tesis del burro grande ande o no ande (supongo que tendrá que ver con un calculado estudio acerca del tiempo necesario para engullir unas palomitas y refresco versión King Size sin atragantarse).
"Si te meten en el talego ojito, que aún no se te ha perdonado Blade: Trinity"
En este sentido me gustaría romper una lanza en favor de unos tipos siempre vilipendiados, los productores castradores, por aquello del arte y de la intención del director y demás, pero que se merecerían un oscar honorífico, o varios, por sus grandes aportaciones al cine; les debe mucho. Solo hace falta ver esa manía de las reediciones de películas remasterizadas con las tomas falsas (que en este caso llaman escenas cortadas). Siempre por el disgusto de un director que según él no le dejaron expresarlo todo y que según la realidad no ha terminado de aprender que las cosas con mostrarlas una vez ya es suficiente), transformando a clásicos profundos y oscuros como, por ejemplo, Apocalipsy Now en un coñazo moralero, largo y desesperantemente explicativo. Todo el material añadido no aporta nada, sólo explica lo que ya se ha mostrado; vamos toda una clase de narración.
Con 90, mejor 80, minutos, a esta película le sobra para contar todo lo que cuenta, y quizá hubiera superado con un aprobado como una de esa películas homenaje que siempre dejan cierto buen regusto de añoranza. Sin embargo, nos encontramos ante un film excesivo y pretencioso, que para colmo carga un último disparo de gracia con una desafinada moralina que cualquier espectador sabe en cuanto se plantea la trama con unas redenciones o castigos trilladas que el “amigo” director, para terminar de torturar al espectador, no deja además de adelantar desde cualquier ángulo o intención (lo que tiene no pasar la podadora).
Poco queda del Fuqua de Training Day, que sin ser nada del otro mundo, gozaba de mucha más enjundia que esta soporífera repetición de repeticiones ya repetidas./>
INFORME VENUSVILLE |
||
![]() |
Sentencia Quaid: Congelada en carbonita |
|
![]() |
||
![]() |
Recomendada por Kuato a: a cualquiera que la NYPD le haya puesto una multa o metido una bronca, siempre consuela pensar que son unos inútiles que se van cepillando gente por equivocación. Y que tuvieron suerte de seguir vivos. | |
![]() |
No recomendada por Kuato a: el director. Darse cuenta que su carrera está siendo un sprint hacia las catacumbas del celuloide no debe de ser reconfortante. |
|
![]() |
Ego-Tour de luxe por: la expresión de oración butanera del amigo Gere mientras le practican una mamada mientras él cuenta sus tormentos. Como bien dice la moza practicante. “O me cuentas lo que te pasa o te lo tengo que sacar con una buena chupada”. Memorable. | |
![]() |
Atmósfera turbínea por: Wesley Snipes. Uno no sabe si su interpretación van en serio o si se trata de una parodia de si mismo destinada a Saturday Night Live. Claro que tampoco se termina de tener claro si el jeto es suyo o una careta que se ha comprado en los chinos. |
¿Desea saber más?
![]() |
![]() |
> LOS AMOS... crítica: Nada es lo mismo desde los Dodgers María Richard Gere, María Ethan Hawke y María Don Por Da II |
![]() |
> LOS AMOS DE BROOKLYN premiere: El (puto) amo de Brooklyn Con Ethan Hawke cortando el bacalao y, a falta de 02,03.10 |
![]() |
> POLICÍAS reportaje: Policías de Nueva York El actor de Hollywood que no haya interpretado nunca a Por Da II |
VENUSRELACIONADOS


