<Íbamos todos cachondos perdidos al saber que Darren Aronofsky (Pi, Requiem por un sueño, El luchador, Cisne Negro…) era el elegido para dirigir la nueva entrega de Lobezno. Hugh Jackman estaba encantado, la productora estaba encantada, todos estábamos encantados. Tras el fiasco infumable de X-Men Orígenes: Lobezno, parecía que un visionario del talento de Darren era el indicado para reflotar la franquicia. El rodaje estaba a puntito de empezar… y entonces ha estallado la bomba: Aronofsky se apea del proyecto por voluntad propia. A dos meses del inicio del rodaje, la película está sin director.
Los motivos son que Darren Aronofsky, en plenos trámites de divorcio de la actriz Rachel Weisz y negociando la custodia del hijo que ambos tienen en común, decidió que no podía pasarse tantos meses currando fuera de casa (el grueso de la película se iba a filmar en Japón, y se hablaba de más de un año entre rodaje y postproducción). Veremos cómo evoluciona el asunto en las próximas semanas, pero pinta malamente, ya que la Fox no sólo tiene que encontrar un director sustituto en tiempo record, sino seguramente replantearse todo el rodaje, teniendo en cuenta el pollo de terremotos, tsunamis y fugas radiactivas que tienen montado los japoneses estos días.
¿Y Aronofsky qué? Pues pese a que sus relaciones con la Fox siguen siendo amistosas (la productora entiende que ha sido un caso de fuerza mayor), en Hollywood se rumorea que esta espantada puede acabar por dañar gravemente la carrera del director, de cara a sus posibilidades de rodar algún día una gran superproducción de estudio. Hay que recordar que sólo hace un par de meses Aronofsky se bajó también en marcha del remake de Robocop, cuando se enteró de que la intención de los productores era rodarla en 3D (dijo no estar interesado en “ese tipo de trucos”).
Probablemente en breve retome el proyecto en el que estaba trabajando a tiempo partido: el guión de una novela gráfica sobre el Arca de Noé (dibujada por Nico Henrichon), con vistas a convertirla en futura película. Hombre, desde luego es una historia que le cuadra como anillo al dedo (ya nos estamos imaginando el tono alucinado de El árbol de la vida, mezclado con la espectacularidad de clasicazos como Ben-Hur o Los diez mandamientos) pero no parece que Aronofsky esté haciendo los suficientes amigos en la meca del cine como para que le dejen acometer una obra tan faraónica…/>
Lobezno se da un baño caliente para pasarse el disgusto
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