Nuevo producto sentimentaloide de Bayona igual que Lo imposible pero con nieve en vez de tsunami
A Juan Antonio Bayona se le ve el plumero. El tío filma como Dios, eso nadie lo pone en duda, pero a la que puede siempre nos casca la misma película. Lo hizo en Lo imposible, lo hizo en Un monstruo viene a verme, y lo ha vuelto a hacer ahora con La sociedad de la nieve. Películas extremadamente bien realizadas y fotografiadas, pero también películas sentimentaloides, manipuladoras y tramposas a más no poder. J.A. Bayona se revela como un tahúr zurdo que provoca el sufrimiento del público escondiéndole la bolita, y al final de la película la descubre en la boca de un perrito cuquito haciendo monerías, para que los espectadores abandonen la sala emocionados entre sollozos de satisfacción.
Porque Bayona hace películas para el público generalista de todos los perfiles. A sus estrenos acuden en minibús familias completas formadas por papás, mamás, niños, abuelos, perro y canario, y no es extraño que coincidan en la misma sesión ejecutivos en trajes de Armani de 3.000 euros, con cholas con bragas de mercadillo de a 3 euros el paquete. Y a todos les gusta la película por igual, porque el cine de Bayona no entiende de clases sociales, religión o condición sexual, y todos rompen a llorar en el mismo instante como los cucos de una relojería suiza cuando el director toca la tecla adecuada. Porque Bayona no hace películas, sino productos.
"Si al menos saliera Ethan Hawke... pero ni eso"
Como ha hecho en La sociedad de la nieve. La tragedia del equipo de rugby uruguayo cuyo avión se estrelló en los Andes en 1972, con supervivientes que no tienen más opción que comerse a los muertos para seguir viviendo, ya ha sido llevada al cine en ocasiones anteriores como en Supervivientes de los Andes (1976) y ¡Viven! (1993), y lo hicieron combinando drama, emoción y aventura, pues la tragedia vivida engloba todos esos conceptos. Y lo hicieron sin escatimar en los detalles más escabrosos, macabros y morbosos, como practicar el canibalismo comiéndose los cuerpos de los pasajeros fallecidos, pues a fin de cuentas es una parte primordial de la historia, el hecho que significó la diferencia entre vivir y morir, y lo que llamó más la atención de la prensa de la época.
“J.A. Bayona no hace películas, sino productos”
Pero Bayona cuenta esa historia pasando muy de puntillas por la mencionada ingesta de cadáveres humanos. El troceado de los cuerpos lo evita vilmente con una plano dorsal de los carniceros improvisados, y el canibalismo sale, sí, pero lo justito para que no podamos decir que no sale, y lo hace de la manera más limpia y pulcra, como si en vez de pedazos de carne humana fueran McNuggets de pollo. Porque el interés de La sociedad de la nieve se centra en el aspecto humano, en los pensamientos que ocupan la mente de los supervivientes, y en los sentimientos que albergan sus corazones, ensalzando valores como la amistad, el valor, la fortaleza, la lucha por la supervivencia y el triunfo del ser humano ante los infortunios del destino a modo de celebración de vida.
"No, por favor, otra peli de Bayona como todas las demás, no"
En lo que vende, en definitiva, para triunfar ante un público generalista, no sea que una mamá, un abuelo, o cualquier espectador sensible, se eche las manos a la cabeza y huya despavorido de la sala ante espectáculo tan gore. Aquí de lo que se trata es de hacer sufrir al público, pero de hacerlo sufrir de una manera inofensiva, sabiendo que por muchas penurias que viva la niña Marisol interpretando a una desvalida huerfanita, al final entre cancioncita y cancioncita se reencontrará con su abuelita y vivirán felices comiendo perdices para siempre. Por eso el muy zorruno Bayona hace sonar música de violines de fondo e inserta fotogramas subliminales de La casa de la pradera.
Así que La sociedad de la nieve es lo mismo que Lo imposible, pero cambiando tsunami por nieve. Parece que Bayona tenga una plantilla a modo de fórmula mágica, y se dedique a rellenarla con los personajes y las situaciones propias de cada peli, aunque todas sigan a pies juntillas el mismo patrón. Los mismos paisajes espectaculares, las mismas situaciones trágicas límite, los mismos personajes protagonistas con los que empatizar, los mismos excesos melodramáticos, y las mismas manipulaciones emocionales para provocar el llanto de los espectadores durante toda la peli, hasta acabar con una sonrisa de desahogo y satisfacción. Y los mismos violines de fondo y los mismos perritos cuquitos haciendo monerías.
INFORME VENUSVILLE
Venusentencia: Dos Caras Harvey
Recomendada por Kuato a: quien salió de ver Lo imposible y Un monstruo viene a verme diciendo: “qué hartón de llorar m’he echao, pero qué película más bodita” (con “d”).
No recomendada por Kuato a: quien no haga caso de las ofertas publicitadas en el Teletienda.
Ego-Tour de luxe por: el accidente está muy bien hecho, eso sí.
Atmósfera turbínea por: los violines de fondo y los perritos cuquitos haciendo monerías.
■ LA SOCIEDAD DE LA NIEVE. Estreno en Venusville: 15/12/2023.
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