LA MUJER DE NEGRO crítica: Harry Potter y la bruja Pirula

Harry Potter y la bruja pirula Harry Potter se hace abogado victoriano y utiliza los hechizos de Hogwarts contra la vieja de Port Aventura Por Beto

<Con mucha inquietud he ido a presenciar La mujer de negro. ¿Por qué? Pues por varios motivos: película número dos millones que va de una casa encantada, producción de la Hammer, que en esta nueva singladura veremos qué nos ofrece (de momento lo más notable ha sido el remake de Déjame entrar, o sea... un remake) y, sobre todo, por el papel protagonista de Daniel Radcliffe, que quiere demostrar que tras la saga de Harry Potter aún hay vida (cinematográficamente hablando) para él.

   De entrada, la adaptación de la novela de Susan Hill sorprende por la sobriedad de la cinta, con una fotografía que juega con los claros y oscuros de una forma espectacular, el aire melancólico y al mismo tiempo siniestro de sus escenarios (la ubicación de la casa es sobrecogedora, aislada del continente cuando la marea sube, o la casa en sí misma, asfixiada por la maleza que la envuelve y por la presencia demasiado próxima del bosque; incluso por los habitantes del pueblo, tan huraños y desagradables con los extraños) y, sobre todo, por una atmósfera gótica que nos envuelve desde el principio y hace que James Watkins nos la vaya metiendo sin que nos demos cuenta. En resumen pues, chapeau por el envoltorio de La mujer de negro, que al fin y al cabo es lo que le confiere personalidad a la película.

"Sin mi varita de Ollivander`s en la mano me siento tan desnudo como Hagrid sin barba"

   Por lo que se refiere a la historia, no nos vamos a engañar, cambiando pequeños matices ya estamos saturados  de ver casas encantadas con espectros que se dedican a putear a todo ser viviente que encuentran en su camino, pero lo que es de agradecer es que la película está rodada a la vieja usanza, al estilo de las películas de la época dorada de la Hammer. Cine de terror clásico, donde prima más el impacto de las imágenes y los sonidos extraños, donde una escena te mantiene en tensión continua sin tener que recurrir al susto fácil (parece mentira lo que pueden acojonar cuatro muñecos de cuerda o la panorámica de una habitación donde solamente se mueve una mecedora).

   Sustos, los justitos, y sin pretender angustiar en ningún momento al espectador. Esto es de agradecer, ya que si tomamos cualquier película contemporánea de casas encantadas (con la excepción de Insidious que también se inspiraba en las películas de terror clásicas), uno se pasa buena parte del metraje espantado por el sobresalto de turno y no disfruta de las sensación del verdadero terror, aquel que se crea uno mismo ante la presencia de algo inexplicable sin que necesariamente se lo encuentre cara a cara. Lástima que la resolución del misterio tenga más parecido al de un capítulo de la serie Sobrenatural, donde los guaperas de los hermanos Winchester acaban con el espectro de turno en los dos últimos minutos del capítulo (decepciona la forma tan fácil en que encuentran el carruaje hundido en la marisma, así como lo que sucede a continuación que no explicaremos aquí).

   Por lo que se refiere al fantasma, aunque cumple su cometido de acojonar, está claro que no es el protagonista y su presencia es más aterradora en las largas distancias que en la proximidad, asemejándose a la bruja Pirula más que a otra cosa. De hecho, recuerda mucho al espectro que en Insidious aparecía en el otro mundo y que se parecía  a la abuela de la casa del terror de Port Aventura. Igual son parientes y todo...

"Ahora no sé si contra una bruja pirula es mejor un Expelliarmus o un Patronum"

   ¿Y Daniel Radcliffe? Pues pasa la prueba, pero tampoco nos engañemos, que no la pasa con nota, ya que este muchacho necesita unas cuantas clases de yoga para estirar el cuerpo, porque se pasa toda la película deambulando por todos los sitios sin mover apenas un brazo y con aire entre melancólico y soso. De acuerdo, su personaje está atormentado por la muerte de su esposa, pero creo que la expresión de su cara es más propia de él que no de su personaje (imposible imaginármelo en una comedia), ya que más que transmitir terror lo que transmite es apatía. Pero bueno, la atmósfera de la película hace que sus limitaciones encajen mejor que si estuviésemos delante de otro estilo de película.

   Quien sí está soberbio es Ciarán Hinds, secundario de lujo en películas como Munich, El fantasma de la ópera o Escondidos en Brujas, que en el papel del ricacho del pueblo que también ha perdido un hijo (como la mayoría del pueblo, y de allí no se pira nadie, fíjate tú) y que echa un cable a Radcliffe lo borda. Pero como hemos mencionado anteriormente, el éxito de La mujer de negro no radica en sus personajes sino en la historia y la atmósfera que envuelve a la misma, así que a pasar un buen rato con terror del clásico./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Copas de yate
		Recomendada por Kuato a: Lord Voldemort. Igual se alía con el fantasma de la casa para acabar con su archienemigo Harry. Al menos le daría más guerra...
		No recomendada por Kuato a: los enemigos de finales tramposos. ¿Por qué se empeñan en que las películas de terror acaben de la misma forma siempre, cuando no es necesario en muchas ocasiones?
		Ego-Tour de luxe por: el momento en que Daniel Radcliffe divisa la casa en medio de un escenario que parece sacado de un universo post-apocalíptico. Visualmente espectacular.
		Atmósfera turbínea por: ¿cómo es posible que en un pueblo con cuatro casuchas haya un bufete con abogado incluido? ¿Para representar a las vacas que pastan por ahí?

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