<El Bada Bing ha cerrado sus puertas. James Gandolfini ha muerto a los 51 años de un ataque al corazón mientras estaba de vacaciones en Italia. El inmortal Tony Soprano se despide así antes de tiempo dejando en la categoría de actores secundarios de carácter un vació insalvable. Porque aunque siempre se le recordará como al capo de la familia mafiosa de Nueva Jersey en la magistral serie creada por la HBO Los Soprano, Gandolfini intervino en no pocas películas, la mayoría de acción: Amor a quemarropa, Velocidad terminal, Marea roja, Coacción a un jurado, La noche cae sobre Manhattan, Pedita Durango, Fallen, Acción civil, Asesinato en 8 mm., The Mexican, La última fortaleza, Corazones solitarios, Asalto al tren Pelham 1 2 3… Son algunos títulos hasta llegar recientemente a Mátalos suavemente, película en la que se desquitaba del personaje de asesino gay interpretado en The Mexican, para encarnar también a un asesino… pero esta vez un putero de tomo y lomo.
Criado en Nueva Jersey de padres italianos como el mismísimo Tony Soprano, James Gandolfini era un tipo educado, amable, tranquilo y culto, al que el corazón ya venía fastidiándole desde hacía tiempo. Sus pesados andares, su cansancio crónico, y su voz entrecortada por la respiración, así lo atestiguaban. Se especializó gracias a su poderoso físico, a su peculiar voz, y a su reconocible acento, en papeles de mafioso italo-americano, por eso el personaje de Tony Soprano, el capo que dirigía a la familia dentro y fuera del negocio con mano firme, pese a sufrir ataques de pánico y necesitar sesiones de piscoanalista, le encajó como a un guante. Pero Gandolfini era capaz de sacar a flote cualquier papel y de darle la réplica de tú a tú a cualquier actor, por mucho que fuera Brad Pitt, Denzel Washington o Robert Redford quien tuviera al lado. Gandolfini era mucho Gandolfini y por eso era capaz de todo, hasta de interpretar con éxito a Shrek en una versión real si así se lo hubiera propuesto./>
James Gandolfini, Tony Soprano forever
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