INDIANA JONES 5 noticia: Indy se pondrá el sombrero por quinta vez

   <Al menos así lo ha manifestado Harrison Ford en unas declaraciones a la MTV durante la promoción de Medidas extremas, su último film (no se confundan, aunque el título recuerde vil e intencionadamente a Medidas desesperadas, el thiller de tiros de Andy García y Michael Keaton, para que los venusvilleros vayamos a verla, ésta es un dramón del estilo El aceite de la vida condenada al fracaso, y si no al tiempo).

“George (Lucas) está trabajando en una idea, y si logra que resulte fructífera, todos nosotros estaremos interesados en hacer otra película”, dijo, y añadió que la idea de George es “escandalosa”, que “profundizarán sobre la relación entre Indy y su hijo”, y que las escenas entre un Indy casado y Marion formarán un “añadido interesante”.

   Muy bonito hombre, o sea que nos tienen esperando casi 20 años para traernos el cuarto episodio poniéndonos el caramelito en la boca año sí, año también, en forma de rumores, y ahora que ya está visto con un convencimiento unánime de que para haber hecho esto, mejor hubiera sido no haber hecho nada, se deciden a hacer otra en tan sólo dos años.

   Jamás pensamos que llegaríamos a decir esto, pero preferiríamos que dejasen a Indiana Jones dormir el dulce y merecido sueño de los héroes, antes de ensuciar su memoria con otra parida como El reino de la calavera de cristal. Porque para verlo en otra “escandalosa idea” de Lucas (¿más aún que la de las calaveras del título?; lo dudamos), más preocupado de que su hijo retome los estudios y de tener a su mujercita contenta (como ya sucedió en La leyenda del Zorro y en La momia 2), que de calzarse su sombrero Fedora para ir en busca de la ciudad perdida de Atlantis (por ejemplo), ya tenemos las tres primeras.

   Y conociendo a Lucas, aún va a resultar que tanto el arca de la alianza, como las piedras Shankara y el Santo Grial, van a ser en realidad artilugios mecánicos diseñados por el gobierno con menos magia que una caja Borrás. Que en Venusville aún arrastramos la depresión de caballo que nos causó conocer la existencia de los midiclorianos./>