<Pero vamos a ver, ¿este tío no tenía los huesos de adamantium y capacidad de regeneración instantánea? Entonces es totalmente invulnerable, ¿no? ¿Cómo es posible pues que le quede un ojo a la funerala por pegarse un leñazo? Ah, calla, que eso es sólo cuando interpreta a Lobezno, cuando va de Hugh Jackman es un tío completamente normal…
Es lo que tiene ver tantas pelis de cine fantástico, que acabas distorsionando la realidad… Porque lo narrado en el párrafo anterior es tan cierto como Piolín viendo un lindo gatito. Sucedió grabando el Oprah Winfrey Show en la Opera House de Sidney. Jackman tenía que hacer una entrada triunfal deslizándose en una tirolina, se embaló más de lo esperado, y cuando llegó al final de la cuerda, ¡zas!, guarrazo que te crío en todo el ojo.
“La bajada fue muy divertida hasta que llegó el final”, bromeó Jackman, “Bajé saludando a todo el mundo, mirando la bahía de Sídney, vi a mi padre, a los niños y a Oprah, luego quise frenar y ¡boing!”.
¿Lo ves Huguito? Si en ese momento hubieras sido Lobezno no te habrías ni enterado. Para que luego nos digan los amantes del cine intelectualoide gafapastas que hay que abogar por la realidad en vez de por la ficción…/>
VENUSRELACIONADOS


