FRANKENWEENIE crítica: Tim Burton resucita

Tim Burton resucita Tim Burton resucita artísticamente resucitando en stop motion su corto real rodado en 1984 Por Beto

<Amigo Tim, los que creemos en ti no te abandonaremos nunca. Sólo por habernos hecho disfrutar con Eduardo Manostijeras, Ed Wood o Big Fish, por poner sólo tres ejemplos, mereces nuestro eterno respeto, a pesar de dirigir también productos mediocres como El planeta de los simios o Sombras tenebrosas. Lo que nadie puede poner en duda es que sigues manteniéndote fiel a tu estilo tan característico y, sobre todo, a esa perseverancia en abonarte al cine fantástico con mayúsculas. Desde Venusville te agradecemos esta constancia. Y sabíamos que resurgirías de tus cenizas porque no puede ser que alguien con tu talento se haya olvidado de hacer cine. Afortunadamente, Frankenweenie nos ha dado la razón en nuestra espera.

   Es cierto que Frankenweenie no es el trabajo más brillante de Tim, pero sin duda recupera un elemento que había perdido en sus trabajos más recientes: alma. Los últimos trabajos de Burton ponían de manifiesto su falta de inspiración y creatividad, en cambio, la historia de Víctor Frankenstein, el niño que busca reanimar a su perro Sparky muerto en accidente, cala hondo sobre todo por el personaje del perro, creado con una gran sensibilidad. Burton ahonda en la tristeza generada al perder a alguien querido, y la negación ante tal hecho y la inmadurez para afrontarlo, es el desencadenante de la historia. Indudablemente la técnica de stop motion utilizada en la película (como en las anteriores películas animadas que produjo o dirigió también con notable éxito, Pesadilla antes de Navidad y La novia cadáver), acompañada de una gran fotografía (gran acierto el haber hecho en blanco y negro la película), permite lucir a la historia de Burton de una forma notable.

"Resucitaré a Sparky como Tim Burton resucitó con Ed Wood después de Batman vuelve"

   Estamos de acuerdo con que estamos hablando de una revisión del corto dirigido por Burton en 1984 (con actores de carne y hueso), pero que gracias al ser convertido en un largometraje alcanza una profundidad en la historia que no se podía conseguir en los veintiséis minutos del corto original. Además, Burton se encuentra en su salsa porque la atmósfera que recrea en la película es sombría (dentro de los límites que puede comportar el ser una producción Disney). Los vecinos y compañeros de Víctor Frankenstein son inquietantes y guardan muchos parecidos con personajes del cine clásico de terror de la Universal: Elsa Van Helsing (no creo que haga falta comentar nada más), Chica Rara (a mi me recordó a Vampira en Plan 9 del espacio exterior), el Sr. Rzykruski (profesor de ciencias que guarda cierto parecido con Vincent Price); Edgar Gore, el  niño que recuerda a Quasimodo o a Igor, el jorobado del Dr. Frankenstein, o la niña rubita con aires zombi que tiene un gatito (Mr. Whiskers) que luego se convierte en... mejor no desvelar el secreto.

   El último tercio de la película es un tour de force donde se homenajea fabulosamente el cine clásico de terror (la perrita con los pelos teñidos de blanco iguales que La novia de Frankenstein, el hamster-momia, la tortuga gigante que tiene cierto parecido a las criaturas marinas de Godzilla, o los monos de mar traviesillos que tienen más bien cierto parecido a los Gremlins (por cierto, ¿alguien compró de niño algún sobre de estos monos marinos que se anunciaban en las revistas? Nunca he conocido a nadie que lo hiciese y me quedará la duda de qué puñetas salía en los sobres de marras).

"Lo conseguimos Sparky, ni a ti ni a mí nos dobla Johnny Depp"

   Pero no se vayan a creer que estamos ante un ir y venir de bichos sin sentido, ya que  todo se combina sin caer en ningún despropósito, con un guión muy consistente que mantiene sólida la película (sólo la parte central, cuando los compañeros de Víctor están intentando averiguar el secreto que éste esconde, es algo más floja pero sin decaer en exceso). La música, cómo no, obra de Danny Elfman, acompaña con brillantez el desarrollo de la historia y juega un papel importante en el resultado obtenido (14 colaboraciones en películas de Tim Burton, ahí es nada). Y es que sin duda, si alguien sabe lo que busca Burton en la banda sonora de sus películas ése es Elfman.

   Hilando fino, el pero que podemos encontrar en Frankenweenie se resume en dos puntos: lo primero es que el hecho de ser una producción Disney ha frenado un poco el lado oscuro que podía haber alcanzado la cinta y que la hubiese hecho todavía mejor, pues los personajes son demasiado inocentes; lo segundo es que Burton ha buscado cobijo en los elementos en los que se encuentra más a gusto para lamerse las heridas de sus anteriores fracasos, esperando recuperar el prestigio perdido. ¿Lo consigue? Ya hemos dicho que sí, porque la película muestra ilusión y una personalidad perdida en anteriores trabajos, pero deja abierto el interrogante de si estamos ante un punto de inflexión o éste es un mero parón en su caída. Esperemos que no sea así, porque yo sí que compro su regreso./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Copas de yate
		Recomendada por Kuato a: seguidores del terror clásico. Geniales los homenajes a El Gabinete del Doctor Caligari y el Drácula de Christopher Lee. En pie, por favor.
		No recomendada por Kuato a: Johnny Depp. Tras los fiascos de Sombras tenebrosas y Alicia y en el país de las maravillas, Tim Burton remonta sin él. Curioso…
		Ego-Tour de luxe por: El gato-vampiro. Mola mogollón.
		Atmósfera turbínea por: la producción Disney. Curioso el destino, ya que fueron ellos los que prescindieron de Burton y de su corto original (“demasiado oscuro” dijeron).