<A principios de año ya corrieron rumores de que El monstruo de Frankenstein estaba en la laaaaaarga lista de proyectos que tenía Guillermo del Toro para producir y/o dirigir en el futuro, y claro, ahora que ha ingresado en el censo del paro cinematográfico tras su espantada de El Hobbit, se han disparado las especulaciones de qué va a ser lo próximo que dirija, volviendo a sonar la adaptación del clásico inmortal de Mary Shelley como futurible.
Ya publicamos que Mr. William of the Bull esperará a anunciar su próximo proyecto en las Comicon de San Diego, mientras, más de un medio da como seguro que será Frankenstein sin lugar a dudas, volviendo a relacionar la noticia con el actor Doug Jones (Abe Sapiens en Hellboy y el fauno del laberinto del ídem, por lo que una cosa es segura: que no es alérgico a las prótesis de látex ni al maquillaje), quien daría vida al monstruo con un físico más estilizado que los anteriormente vistos, basándose en las ilustraciones que realizó Bernie Wrightson para Dark Horse, imágenes que tiene del Toro en mente.
Rescatando unas declaraciones del director cuando estaba en pleno proceso de creación hóbbica, su versión particular de Frankenstein sería abordada “desde una perspectiva refrescante, como un extraño cuento de hadas”.
Repetimos que de momento son sólo rumores (hace tan solo una semana se decía lo mismo de una nueva versión de Van Helsing), pues hasta las Comicon de San Diego no se podrá dar nada por seguro, pero lo cierto es que sería un proyecto perfecto para él (igual, de hecho, que Van Helsing, que no dejan de ser personajes emparentados), y nosotros estaríamos encantados si se acabara materializando. Sobre todo por dos razones.
La primera es que por fin nos podríamos liberar del infame recuerdo que tenemos del Frankenstein que hizo Kenneth Branagh con Robert De Niro, pues aún nos despertamos sobresaltados a media noche entre sudores, y no precisamente porque nos diera miedo.
Y la segunda es porque si la dirige Guillermo del Toro, nos aseguramos de ya no la dirigirá Tim Burton en caso de que el proyecto quede libre, porque eso sí que sería una catástrofe con todas las letras.
La respuesta, próximamente en San Diego./>
¡Ridiós! Es que es solo verlo y empezar a temblar... ¡y no precisamente de miedo!
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