EL LEGADO DE BOURNE crítica: ¡Que no nos la den con queso!

¡Que no nos la den con queso!

Aaron Cross, un agente de Outcome que no le llega a
Jason Bourne ni a la suela de sus amnésicos zapatos

Por Robert Thornhill

<Lejos han quedado aquellos tiempos en que los guionistas eran unos sesudos literatos que dedicaban sus míseras y ermitañas vidas a crear sesudas historias de la nada, sin más instrumento de inspiración que polvorientos libros de leyendas y una innata inventiva que con el paso de las generaciones se ha ido evaporando como la bella cabellera que lucía Bruce Willis en Luz de luna. Este año es un fiel ejemplo de esta ausencia de materia gris en el sector de la pluma: lo que ya se está convirtiendo en una nefasta moda, aunque un seguro en la taquilla, es aprovechar lo que ya hayan hecho otros, copiando hasta el límite del plagio, cambiando los artistas de la función y venderlo como algo novedoso sin el más mínimo escrúpulo.

Las carteleras del 2012 se han visto invadidas por las habituales secuelas (Ira de titanes, Men In Black 3), unos desvergonzados reboots como The Amazing Spider-Man o el ya inminente de Desafío total (y como hemos informado en Venusville, ya se está gestando un nuevo Batman pero sin Nolan ni Bale), precuelas que ni llegan a serlo como la de Prometheus, y la que ha supuesto el summum de la imaginación creativa, el denominado “superhero mix” al juntar a varios héroes trajeados para luchar juntos pero no revueltos (¡qué pena!) en el blockbuster del año: Los Vengadores. Y qué decir de El legado de Bourne, una película que lleva el marchamo de “vivir de rentas” aprovechando el extraordinario rebufo de la perfecta trilogía del héroe desmemoriado Jason Bourne, estandarte del cine de acción del siglo XXI...

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"Si esperas joderme en el póker como el otro Bourne en Rounders, vas listo"

Estamos ante el típico caso de continuación innecesaria, una especie de spin-off sin llegar a serlo (porque el desactivador de bombas Jeremy Renner ni se asoma en las tres anteriores) que se convierte en una enrevesada historia que se mueve en el complejo mundo de las organizaciones ultrasecretas que caracterizaban el mundillo de las tres entregas anteriores de Bourne, pero sin su alma matter Matt Damon ni tan siquiera Paul Greengrass. No hay que negarle al director y guionista Tony Gilroy (el pensador en la sombra de toda la saga Bourne) su capacidad argumental para meternos con calzador al sustituto del renegado Matt Damon (suponemos que ya veía que la historia ya no daba para más), dedicando con esmero y dedicación casi 40 minutos a mover las piezas del puzzle que había quedado en El ultimatum de Bourne, para colocarnos al bueno de Jeremías sin que huela mucho la triquiñuela, creando otro espía con la misma estirpe de superhombre que Bourne, trabajando para los mismos jerifaltes que Bourne, y con esa cualidad de espía encubierto característica de Bourne… pero sin ser Bourne.

"Jeremmy Renner es un actor demasiado soso y apanado para retomar el timón de la saga: ni por asomo tiene la presencia y la personalidad de Matt Damon"

Y ya que en este tramposo título incluyen el sagrado nombre del espía sin memoria, no nos queda más remedio que comparar esta peli con sus tres anteriores entregas. Para empezar Jeremmy Renner, sintiéndolo mucho, es un actor demasiado soso y apanado para retomar el timón de la saga: ni por asomo tiene la presencia y la personalidad de Matt Damon. En un hipotético “Los mercenarios 14”,en la vida veríamos el careto fruncido de Renner, y en cambio sí que nos creemos al fornido Damon acompañando a Stallone en sus misiones libertarias.

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"No les hagas caso cariñín, tú eres uno de los Vengadores y Matt Damon no"

Tampoco favorece el cambio de rol del protagonista de la acción; durante la trilogía anterior empatizábamos con Matt Damon en su lucha por recuperar la memoria perdida, por saber para quién trabajaba y por qué era un consumado experto en dar leña a diestro y siniestro sin apenas despeinarse. En El legado de Bourne, a Renner nos lo venden como un superespía, sí, pero cuyos superpoderes provienen de unas mágicas pastillas que de una manera surrealista se convierten en el mcguffin de la peli. En otras palabras, en unos supuestos juegos olímpicos carbonizaría la máquina detectora de dopaje.

Por último, el cambio de director tampoco ha propiciado que nos olvidemos de las tres fantásticas Bournes de Doug Liman y Paul Greengrass. Tony Gilroy ya nos había demostrado en Michael Clayton y en la decepcionante Duplicity que la acción no es lo suyo y que se preocupa tanto en explicar la peli que uno acaba perdiendo la paciencia hasta caer en el sopor. Suponemos que a los productores tendrían una fe ciega en que este nuevo Bourne también colaría con el público tan poco exigente que visita las salas de cine, porque ya están proyectadas The Bourne Betrayal y The Bourne Sanction para más allá del 2015. Un par de consejos gratis desde Venusville: convenzan a Damon para que vuelva como sea (no importa los 0’s que serán necesarios en el cheque) y que Gilroy haga un curso avanzado de cine de acción con ritmo con Michael Bay./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Congelada en carbonita



		Recomendada por Kuato a: los que vayan a ver esta peli sin saber quién es Jason Bourne y ese nombre les suene al último ministro de Asuntos Exteriores británico. En este caso, la ignorancia se convertirá en una gran ventaja a la hora de visionarla.

		No recomendada por Kuato a: quien tenga a Jason Bourne en un pedestal como auténtica alternativa al tradicional espía que supone James Bond. En *El Legado de Bourne* han tirado el castillo de naipes sin compasión ni respeto.

		Ego-Tour de luxe por: los críticos americanos (y esperemos que cunda el ejemplo en todo el mundo) que han machacado a *El legado de Bourne*, echando en falta la presencia de Damon y criticando la duración de la peli. Esperemos que sea escuchado por los productores.

		Atmósfera turbínea por: que se rumoree que Jeremmy Renner sustituirá a Tom Cruise en las siguientes misiones imposibles. ¿De verdad que no hay otro tío más parecido a Tom que pueda hacer de Ethan Hunt? Hay cosas que no se entienden.