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Entre Psicosis y A quemarropa Fred Cavayé nos cuenta que ha realizado un thriller Extracto del pressbook de A Contracorriente |
<Un thriller con suspense se hace siempre más interesante cuando se trata de personajes corrientes que se ven enfrentados a situaciones extraordinarias. Así, el espectador se identifica con ellos con mayor facilidad, tiene mayor motivo cuando se trata de un hombre y de una mujer enamorados. Un auxiliar de clínica dispuesto a todo por salvar a su esposa embarazada de un peligro cierto está más cerca de mí que James Bond… ¡aunque adoro a James Bond! Se trata de un principio para narrar historias tan viejo como el mundo: está la prisionera en el torreón más alto y el joven que ha de rescatarla.
Tuvimos la idea para Cuenta atrás mientras montábamos Pour elle. Al habérmelo pasado tan bien con el rodaje de las escenas de acción de Pour elle, le dije a Guillaume Lemans, mi guionista y cómplice: «Es preciso que nuestro próximo film sea aún más tenso, que tenga más acción, y que evolucione sosteniendo de principio a fin el mismo ritmo de la última media hora de Pour elle. Debe ser una especie de carrera desenfrenada a lo largo de todo un día poco más o menos.» Comenzamos a darle vueltas, hablamos un poco sobre el reto, y nos dijimos: «No es posible realizar un film que vaya tan rápido todo el tiempo».
"En French Connection también había una persecución en el metro, ¡pero iban dentro del vagón!"
Creo que fue precisamente eso lo que nos hizo desear intentarlo. Yo quería ir aún más lejos que en Pour elle, subir el listón y asociar el destino de ese Señor Cualquiera que se las tiene con acontecimientos extraordinarios con alguien que es cualquier cosa menos un tipo corriente: un gángster algo “melvilliano”, una esfinge, alguien peligroso y amenazante que no habla apenas… De tal modo que nos dedicamos a buscar el modo en que un tipo banal pudiera verse ligado a un auténtico gángster, sin otra alternativa que tener que hacer causa común con él, teniendo que enfrentarse junto a él a policías y gángsteres. De aquí surgió la idea del hospital del que este auxiliar de clínica está obligado a sacar al malhechor herido…
Otra de las vertientes lúdicas de los thrillers, de los filmes de suspense la constituyen las pistas falsas o las hipótesis que se plantean… Lo que es interesante de esto es que permite atraer al espectador hacia ciertas direcciones sin aportar demasiada información. Y aquí también, como para la verosimilitud, todo se limita a una cuestión de dosificación. Pero si se logra atraer hacia nuestro terreno al espectador, entonces todavía somos más eficaces. El espectador tiene la impresión de ir un paso por delante, le hacemos activo, y entonces su sorpresa es tanto mayor cuanto nada acontece como había previsto o cuanto los personajes se evidencian muy distintos a lo que había imaginado.
"Para mí, el thriller definitivo es Psicosis, de Alfred Hitchcock" |
Uno de los momentos más intensos de la película es una larga persecución en el metropolitano. Resulta extremadamente complicado este tipo de secuencias que se producen más bien en el contexto anglosajón, lleno de referencias muy determinantes: French Connection, El fugitivo, la saga de Jason Bourne, por citar tan sólo las primeras que me vienen a la cabeza. Pues ¡no tenemos los mismos medios! Y no tener los mismos medios no quiere decir otra cosa que disponer de mucho menos tiempo. Además, una persecución por el metro comporta un montón de problemas administrativos y logísticos… Como rodar en la Gare du Nord. Sin embargo, se trataba de lugares a los que no pensaba renunciar, que eran muy importantes para la película. El hecho de que la historia se desarrolle en lugares que todo el mundo conoce refuerza la veracidad de la historia y, en consecuencia, la intensidad del suspense.
Para rodar esa persecución en el metro dispuse de cuatro días. Con la salvedad de que mi jornada de trabajo comenzaba a la una de la madrugada y se acababa a las cinco. Es decir, tan sólo disponía de cuatro horas, ¡sumado el tiempo de la instalación! Allá no había derecho a errores. Aunque hubo algo interesante en ello, porque inyectó una energía increíble al equipo. Esta secuencia de siete minutos en alguna medida era como un clímax, por lo que era preciso no malograrla. Y al tiempo no es el final de la película, todo lo contrario. En definitiva, no era más que una escena entre otras, con todo y que fuera muy intensa. Pero más importante aún, era imprescindible poder mantener luego la tensión en el film e incluso aumentarla. Eso me preocupaba más que el rodaje de esa escena en sí misma. Sobre todo temía el rodaje del último acto: la secuencia en la comisaría de policía, que tenía que ser igualmente intensa, igualmente espectacular e impresionante, y por lo demás idénticamente complicada, sin embargo, igualmente excitante de llevar a cabo…
"La proxima vez me aseguraré que la persecución no sea en el metro sino en un autobús, que es más corto
A menudo realizamos las películas que nos gusta ver. Me gusta ese lado a un tiempo lúdico y novelesco que configura el thriller, el film de suspense… Para mí, el thriller definitivo es Psicosis (Psyco, 1960). Por otra parte, mantengo una relación peculiar con Psicosis. Tenía doce o trece años, y me disponía a verla por televisión por primera vez, la película iba a comenzar, mi madre entra en el salón y me pregunta: «¿Qué ponen en la tele esta noche?» Le respondo: «Psicosis, de Hitchcock». Y ella me dice: «Pero si ya la has visto». «No, no la he visto nunca». «Que si, es la historia del tipo ese que se disfraza de su madre para asesinar…» ¡Me aguó la fiesta! De aquella gran frustración nació probablemente mi necesidad de hacer películas de suspense. Hace seis meses, no lo hice mejor que mi madre: conté esa historia en un curso de teatro del que… la mitad de los alumnos ¡no habían visto Psicosis!
Existe ya un film de Don Siegel de 1964 que en Francia se tituló A bout portant (Código del hampa), pero no pensé en eso de modo inmediato. Quería un título eficaz, memorable, casi literal, y como me decía que quería hacer un film que fuera a la velocidad de una bala, se me ocurrió A bout portant (en castellano, “a quemarropa”) de manera bastante natural. No fue sino después que me acordé de la película de Don Siegel, con Lee Marvin. Pero el título me parecía demasiado bueno para cambiarlo, así que digamos que… ¡es un homenaje! />
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