CONTRABAND crítica: El robobo de Pananamá

El robobo de Pananamá Mark Wahlberg coge celitos de Nicolas Cage y vuelve a ejercer de caco durante 60 segundos Por Robert Thornhill

<A los países escandinavos los teníamos identificados en nuestro subconsciente simplón como lugares helados y aburridos cuya única diversión conocida era poder lucir palmito en el frikifestival de Eurovisión. Eso, y que sus rubiazas hembras eran seres superiores enviados por los dioses que tenían como misión venir a España a ponerse como un tomate, escuchar piropos horteras de paletas calentorros, y lucir esos cuerpecitos blanquitos con generosas curvas que Dios les había dado por las playas hispanas (véase la filmografía de Esteso & Pajares y del machomán Alfredo Landa para certificar este hecho). Ahora que las bellezas suecas desgraciadamente ya no abundan tanto por estas latitudes, llega el turno a la importación cultural del cine negro escandinavo del que ya tuvimos buena cuenta con la trilogía de “Millennium” y la reciente versión americana de David Fincher.
 
   Contraband es un nuevo remake (y van…) de una entretenida película islandesa del año 2008 titulada Reykjavik-Rotterdam que llegó a ser seleccionada para competir en los Oscar 2009, cuyo guión era del Stieg Larsson islandés: Arnaldur Idridasson, escritor también especializado en novela negra. Lo más seguro es que haya escasos lectores de Venusville que hayan visto la versión original islandesa (tanto actor acabado en “son” y ese título tan imaginativo son buenas razones para obviarla en la cartelera), pero, según parece, a “Mark paquetorro Whalberg” le gustó mucho y por eso se ha encargado de americanizarla. Cambió Reykjavik por Nueva Orleans y Rotterdam por Panamá, llenó la pantalla de actores conocidos, y con eso tuvo puestos los cimientos para crear la mejor peli de acción en lo que llevamos del año 2012.

"La verdad es que no he visto la peli porque creía que era una versión nórdica de París, Texas"

   Es increíble ver lo fácil que es hacer un buen thriller en el que no hay tramas complicadas ni trascendencias innecesarias; tampoco hay nada de escenas románticas ni estruendosos efectos especiales y, por supuesto, ni rastro de la mamonada del dichoso 3D. Contraband es un perfecto cocktail con matones de medio pelo, típicas historias de traficantes de drogas (con puñaladas traperas incluidas), conversaciones varoniles de rigor, tiroteos a gogó, mucha sangre, espectaculares y muy reales persecuciones y, cómo no, un robo de los buenos con situaciones increíbles resueltas con audacia. Todo ello a un ritmo trepidante que no permite pensar en lo que está pasando, pero que consigue lo más difícil en este género: que todo parezca verosímil sin que se perciban las triquiñuelas del guión.

   La historia, de lo más simple, bebe a grandes rasgos de la que ya nos habían contado en la gran 60 segundos con unos Nicolas Cage y Angelina Jolie en estado de gracia. La cosa va de un ex delincuente convertido en formal padre de familia que ha de volver al mundillo del contrabando para salvarle la vida al pringao de su cuñado (ay, esos cuñados tocapelotas…). Como Cage, reúne a su antiguo grupillo de rateros profesionales para perpetrar el robo donde el capo Wahlberg, como no puede ser de otra manera, lo tiene todo por la mano sabiendo siempre lo que tiene que hacer y teniendo planes B, C, y lo que se tercie.

"La de Calvin Kleins paquetones que podré comprarme con esta pasta..."

   Esta vez “Calvin Klein Wahlberg” hace el papel de padre responsable capaz de ponerse duro si así toca. Nada que ver con su caracterización de Infiltrados, donde repetía “que te den por el culo” y “que te jodan” dos veces cada medio minuto. Más bien está en la línea de The Italian Job (cuya secuela The Brazilian Job ya se está gestando), sobre todo a la hora de ponerse el traje de faena de caco profesional. Obviando el nimio papel de “Selene Beckinsale”, quien sólo cobra por salir en los créditos y gracias, la peli se engrandece de forma considerable con un par de secundarios de altura como son Ben Foster y Giovanni Ribisi (sólo por ellos vale la pena pagar la entrada del cine). Foster, que nos dejó a todos prendados en El tren de las 3:10, tiene esas facciones ambivalentes que lo mismo te mete una puñalada por la espalda que te está invitando a un whisky; un actor infravalorado, sin duda, a la espera de un gran papel que le de la gloria. Ribisi por su parte, tontorrón e histriónico con su perillita macarril (si pueden escuchen su voz de pito en la versión original), se mueve como pez en el agua en el cine negro y eleva el nivel de la peli con su mera presencia.

   Nada se le puede objetar, como ven, a esta pequeña joya que ha llegado a nuestras pantallas. Esperemos, eso sí, que se abstengan de crear una franquicia de pelis de contrabandistas, pues perderían su valor y serían baratijas que desprestigiarían a esta extraordinaria obra primigenia./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Venus Hall of Fame
		Recomendada por Kuato a: todo el que esté harto de historias complicadas en las que te tienes que hacer un esquema para seguir la peli. ¡Viva la sencillez de Contraband!
		No recomendada por Kuato a: quien vea esta peli con ganas de ver a Kate Beckinsale. Sale lo justo y con mucha ropa.
		Ego-Tour de luxe por: la escena de la huida por las calles de Panamá, digna de cualquier Bourne.
		Atmósfera turbínea por: en una peli de robos siempre es necesaria la presencia de una mujer estilo Charlize Theron en The Italian Job para alegrarte la vista de vez en cuando… Ay, qué puritano te estás volviendo, Marky.

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