CISNE NEGRO crítica: Danzad, danzad, malditas

Danzad, danzad, malditas

La princesa Amidala se pasa al lado oscuro de la Fuerza con un psycothriller con ballet clásico y sexo lésbico

Por Anna Bou

<Aronosky me pone. Me pone un director que nos ha dejado imágenes impagables como la levitación de Hugh Jackman cual pedazo de Buda en La fuente de la vida, capaz de convertir a Mickey Rourke, ese Hiroshima humano, collage de carne made in botox, en un boxeador medio tierno en El luchador o de embalarnos con la correspondiente etiqueta de “frágil” a una Portman delicadísima con perfume de Oscar en Cisne negro. Olé tu amplitud de personajes querido Darren. Darry para los amigos.

En Cisne negro el director se nos muestra juguetón y con ganas de demostrar sus artes en el cine de suspense. Atención a todas las pistas que nos va dejando Darry a lo largo de la película: no son gratuitos los espejos poblados de imágenes redobladas, ojo al dato con los reflejos en los cristales, y también con la cantidad de veces que sale la Portman enfocada tanto de cara como de espaldas, conviertiendo a su moño en el actorazo del año.

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"Me muero por reproducir con los bailarines la escena de los paquetes de Top Secret"

Adobado todo con los ositos de peluche de la niña-de-su-madre y tanto abriguito y bragas de color rosa. Todo muy sospechoso, sobretodo lo de las bragas color rosa, si fuese tanga todavía ¡pero bragas! Súmale la intrigante y constante música que incita a pensar que algo pasará en el plano siguiente y ¡voilá!, nuestro Darry se ha sacado de la manga un psicho-power-cisne-thriller la mar de lirondo. Lirondo, efectivo, visual y con una inteligencia detrás de las cámaras que ya querrían para sí muchos directores que son los patitos feos de mi lago y se creen los más bellos y taquilleros del lugar.

"De tanto abrirse de piernas vía espagat, la Portman se nos pone calentorra y se marca toqueteos intra-pubis y lametones con su ‘tete a tete’ de la función"

Lirondo pero no redondo, eso sí. Porque la película tiene golpes de guión engañosos e incluso alguna escena patilleramente puesta con calzador para que el cerebelo del espectador crea lo que no es (como la escena en el vestuario durante la actuación del Cisne negro-Cisne blanco, tramposidad en grado máximo). Pero Darry es listo y sabe, y sus trampas nos entran suavecitas y nos dan gustito. Porque además, detalle de buen samaritano, añade sexo y celos al percal. Sabe que un trozo de sexo con celos siempre lima las asperezas del guión.

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"No llores, ya casi nadie recuerda los ridículos peinados que te pusieron en Star Wars"

Aronosky nos ofrece en bandeja, con más señales que pelos, a nuestra Amidala en plan lésbico. Porque sí, de tanto abrirse de piernas vía espagat, la Portman se nos pone calentorra y se marca unos toqueteos intra-pubis y unos lametones con su “tete a tete” (o mejor dicho “teta a teta”) de la función. La verdad, las escenas lésbicas no hacen sonrojar ni a un caniche porque la Portman es demasiado etérea para estos terrenos libidinosos, pero para las mentes abrasadas incluso una sardana puede llegar a ser un baile caliente.

Como agitador sexual tenemos a un Vincent Cassel magnífico, frío y elegante seductor con su eterna cara mitad aristócrata mitad barriobajero, subiendo enteros para pasar de ser el marido de la Bellucci a que Monica sea la esposa del Cassel. Por cierto, papelón también (en el sentido menos amplio de la palabra) de Winona Ryder haciendo de ex-cisne borracha. La gran actriz de antaño todavía se debe estar arrancando los pelos por haber robado unos malditos abrigos que la han puesto en unas rebajas más perpetuas que las nieves del Kilimanjaro, si no de qué estos cinco minutos de actuación etílica en los que incluso cuesta reconocerla. Pero así como hay gente que colecciona chapas de cava, Aronosky colecciona viejas glorias, está claro.

Se termina la crítica y Darry me sigue poniendo. No he cambiado de opinión. Será que el director es uno de los más personales del panorama o será que hoy tengo el día Cisne blanco, ya que si tuviese el día Cisne negro, otro gallo escribiría./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: los mocosos chulo-cutres que se presentan a los castings de “Fama a bailar”, a ver si aprenden de una vez por dónde empieza el arte.

		No recomendada por Kuato a: los que se miran a los espejos sólo para afeitarse/depilarse las cejas. Queridos coquetos, en los espejos hay un mundo, que lo sepáis.

		Ego-Tour de luxe por: Natalie Portman sintiéndose plena bailando como Cisne negro, sacando por fin a sus anchas la parte harpía y tenebrosa que toda fémina lleva dentro.

		Atmósfera turbínea por: la relación madre-hija, un pelín pasada de vueltas. Aronosky tiene tendencia a írsele la olla de vez en cuando. Los excesos de los porros de éter del pasado pasan factura.