<Ay, ay, ay, que esta tercera parte de Los juegos del hambre no ha tenido el taquillaje esperado en su primer fin de semana de estreno norteamericano… Si les decimos que aún así ha sido el mejor debut en lo que llevamos de año (y eso que ya lo estamos acabando), parecerá que ha sido un exitazo de órdago, pero nada más lejos de la realidad, porque comparándolo con las dos entregas anteriores, Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 1 ha sido el episodio de la franquicia que menos ha recaudado, repetimos, en su primer fin de semana.
Los números cantan: el primer Sinsajo ha hecho 55 millones de dólares, lo que no sería moco de pavo si Los juegos del hambre: En llamas no hubiera recaudado 71 el año pasado, y Los juegos del hambre, 61 (siempre millones de dólares) en 2012. O sea que la segunda parte recaudó durante su primer fin americano diez millones de dólares más que la primera, y esta tercera se ha quedado muy por debajo de ambas.
Por eso en Lionsgate tienen ahora mismo un culito más pequeño que el de la Pitufina. Se las prometían muy felices partiendo el último episodio en dos partes, aunque eso significara alargarlo enlenteciéndolo lo indecible, como ya hicieron con el último Crepúsculo. Como con la saga crepusculita les salió redonda la jugada (Amanecer parte 1 recaudó en su primer fin de semana 139 millones de dólares, y Amanecer parte 2 aún lo superó con 141), han repetido aquí la estrategia. Solo que ya se está viendo que de cara a los fans era más interesante asistir a la boda de Edward y Bella (y a su noche de bodas, of course), que a la sublevación contra el Capitolio en Los juegos del hambre, de ahí la diferencia de cifras.
¿Pues saben qué les decimos?, que les está bien empleado por embaucadores. Habrá que ver cómo funciona este tercer episodio a partir de ahora y en el resto del mundo, pero de momento con el susto que se han llevado en la productora ya nos vale. Siempre hemos denunciado esta vil estrategia de alargar gratuitamente las sagas y las películas como quien estira un chicle que acaba perdiendo el sabor y partiéndose, sólo para obligar a los fans a pasar por taquilla todo lo que se pueda. Se hizo con Harry Potter, se hizo con Crepúsculo, se está haciendo con Los juegos del hambre, e incluso se está haciendo con El Hobbit. Así que si sirve para dejar de practicar esta tendencia tan vil y ruin, nos alegraremos./>
"Corramos antes de que a los productores les dé por alargar aún una peli más el episodio final"
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