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Paul Verhoeven, el mesías Cómo conocimos a Paul Verhoeven, el hombre Por Ray Zeta |
<Festival de Sitges 2006. La experiencia con Paul Verhoeven fue muy literalmente divina. Déjenme escribir otra vez este nombre, pues es digno de figurar en la placa conmemorativa más prestigiosa del Venus Hall of Fame: Paul Verhoeven, el arquitecto que construyó Venusville, el ingeniero que diseñó los generadores de atmósfera turbínea, el inventor del Ego-Tour y padre putativo de Kuato… Todo esto y más es Paul Verhoeven, por lo que no podíamos perder la oportunidad de inmortalizar nuestro querido Diario posando entre sus manos.
Misión del festival cumplida. Lo pillamos entre el photocall y la rueda de prensa. Nos presentamos como mutantes venusvillianos recién llegados de Marte, le mostramos el Diario señalándole el título y el logo tritetón, y le contamos que basábamos toda la publicación en la mitología de Desafío total, que para nosotros era nuestra Biblia particular. El hombre se emocionó. Enormes lagrimones se derramaban por sus mejillas mientras con voz temblorosa y entrecortada farfullaba un "thank you" apenas inteligible. De no ser por la jefa de prensa, que nos lo arrancó literalmente de delante para llevarlo a la rueda de ídem, se convierte en un mar de lágrimas que ríanse ustedes de los vertidos por Million Dollar Baby.
Paul Verhoeven preparando con Arnold Schwarzenegger su viaje a Venusville
La rueda se basó en Black Book, la peli que presentaba sobre la Segunda Guerra Mundial, así que entre debates sobre judíos perseguidos, resistentes holandeses traidores, y oficiales nazis arrepentidos, resultó más intelectualoide que otra cosa. Tras mucho alabar el cine europeo y mucho criticar el americano, reconoció que el problema principal de rodar en Europa es la pasta, pero que aquí al menos tiene toda la libertad del mundo para meter en sus pelis las cosas que le ponen (que como ya lo conocemos ya sabemos cuáles son): "Aquí he podido enseñar un chocho, cosa que en los E.U.A. no me hubieran dejado", declaró como si en Showgirls no hubiera enseñado nada de cacho…
En fin, sobre el tema que nos interesa, o sea el cine venusvillero, sólo tuvo buenas palabras. Reconoció estar agradecido al cine fantástico porque fue el género que le abrió las puertas en E.U.A., y dijo haber encontrado la inspiración para hacer Robocop en los cómics que leía de pequeño (¡que viva el freak power!). Dijo también sentirse un privilegiado gracias a él, pues tras tanto quejarse por sentirse privado estos últimos años de la tan cacareada libertad creativa, reconoció que cuando hizo Desafío total e Instinto básico para Carolco Pictures, Mario Kassar se la dio toda todita, y que también la tuvo de puto bollo cuando hizo Starship Troopers para la Sony, pues como pilló una época en la que los cambios de directivos eran continuos, le dejaron hacer totalmente la suya sin decirle absolutamente nada. Moraleja: para sentirse libre no hay que usar compresas Ausonia sino dirigir cine venusvillero./>
Paul Verhoeven rememorando su viaje con el Diario de Venusville
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