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Se hundió la gorda El reestreno en 3D nos confirma que el Titanic Por Ray Zeta |
<250 millones de dólares de presupuesto, 2.000 millones de dólares recaudados en taquilla, y 11 Oscars obtenidos de catorce posibles, convierten a Titanic (James Cameron, 1997) en la película más exitosa y con más récords en la historia del cine: la película más vista de todos los tiempos (más incluso que Lo que el viento se llevó), la más taquillera por activa y por pasiva (en el cómput global, más que Avatar), y las más oscarizada, igualada con Ben-Hur y El señor de los anillos: el retorno del rey. Y esperen, porque gracias a su actual reestreno en 3D conmemorando el centenario del hundimiento del trasatlántico protagonista de la catastrófica historia, quince años justos después del estreno de la película, las cifras siguen creciendo, por lo que todo apunta a que tras su nuevo paso por las pantallas de todo el mundo, y la nuevas ventas en DVDs que dicha estrategia conllevará, reafirmará a Titanic como el negocio cinematográfico más lucrativo de toda la historia, a años luz de los títulos que ocupan el segundo y tercer puesto (que son Stars Wars y Harry Potter respectivamente, teniendo en cuenta que son sagas y no películas únicas).
Titánico (nunca mejor dicho) éxito que no se debe a la casualidad sino al buen hacer de su director James Cameron, quien tomando como material de partida las películas El hundimiento del Titanic (Jean Negulesco, 1953) y La última noche del Titanic (Roy Ward, 1958), así como los hechos reales, facturó una obra tan bien pensada para que conectara con el público, que todo cuanto hay en ella puede decirse que representa la quintaesencia de la comercialidad inteligente. Se nos ofrece una hora completa del hundimiento del barco en la más pura tradición de cine catastrofista, sí, pero antes se nos cuenta durante dos horas una historia de amor como la copa de un pino para que todo el mundo se trague el hundimiento con ojos como platos sin rechistar.
"Porque si hablamos de pelis únicas, encima la segunda sería Avatar"
Una historia de amor basada en unos patrones románticos clásicos que aún estando vistos hasta en La dama y el vagabundo, están tan bien puestos que funcionan como si fueran nuevos. Dos enamorados de clases sociales y culturas distintas: ella (Rose-Kate Winslet), una inglesa aristócrata forzada a un matrimonio de conveniencia, representando a la desgraciada niña rica prisionera; él (Jack-Leonardo DiCaprio), un americano bohemio pobre como una rata pero libre como un pájaro y feliz como un niño, que simbolizará por contraste lo contrario de todo lo que represente el mundo de su enamorada.
A lo que los personajes secundarios no son ajenos: la madre (Frances Fisher) y el prometido (Billy Zane) actuando como personajes de refuerzo de su reclusión y de su fatídico destino en el caso de ella, y el amigo italiano (Danny Nucci) y la mujer nuevo-rica (Kathy Bates) como personaje confidente (Jack necesita a alguien con quien poder manifestar su alegría para poder empatizar con el público) y personaje aliado (es necesario un personaje puente que justifique la interacción de Jack con el mundo de Rose) respectivamente.
"Ya te dije que para verla en pelota picada habrá que esperar a que haga Holy Smoke"
Servido el romance en bandeja de plata con la incursión de algún toque de humor con intención de desendulzarlo en algún momento (chistes nada gratuitos que tienen como misión reforzar la diferencia de clase social, como cuando él le enseña a escupir a ella en cubierta, o ella se pone de puntillas como una bailarina de ballet en la fiesta de tercera clase), Cameron se despacha a gusto con lo que de verdad le interesa de la historia: el hundimiento. Una hora de explosiones, incendios, fugas de agua, carreras por pasadizos inundados y ahogamientos, servidos con la tecnología digital más sofisticada del momento.
Pero allí donde otras obras del género como Poseidón pincharon, por no ser más que una sucesión de episodios de índole catastrofista cuya única gracia consiste en descubrir qué personajes mueren y qué personajes sobreviven, Cameron sale a flote (nunca mejor dicho) manteniendo el interés del espectador gracias a dos triquiñuelas cinematográficas maestras: habernos explicado el hundimiento con gráficos de ordenador al principio de la película para que ningún espectador se pierda cuando llegue el momento, y el estar pendientes de la resolución de la trama amorosa entre el triángulo formado por Jack, Rose y su prometido.
"No te hagas ilusiones, aquí dice que hasta dentro de 10 años no ganarás un Oscar"
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