Tras el Hombre Invisible, Leigh Whannell adapta al Hombre lobo. Que se prepare Frankenstein
No acabo de compartir el entusiasmo con el que se acogió en 2020 El hombre invisible, la anterior incursión de Leigh Whannell en el terror añejo. Me pareció astuta y bien traída su vuelta de tuerca, al convertir la historia en una reflexión con muy mala baba sobre las situaciones de violencia machista en las que nadie cree a la víctima, pero no me impresionaron ni su supuesto crescendo de tensión (los ataques del villano se acababan haciendo repetitivos), ni su resolución, ni Elizabeth Moss (una actriz que, tras El cuento de la criada, parece encallada en interpretar papeles en los que tiene que poner permanente cara de que la declaración de la renta le ha salido a pagar). Por tanto, que aquel éxito de taquilla y crítica llevase a Whannell a hacer otra película sobre el hombre lobo, erigiéndose así en una especie de gurú modernizador de los monstruos clásicos de la Universal, era una jugada que me dejaba bastante frío.
Sin embargo, reconozco que el trailer de Hombre lobo logró engorilarme de nuevo. Una pareja de actores estupendos como Christopher Abbott y Julia Garner, una historia que parecía recuperar la sencillez maestra de las fábulas licantrópicas, y que apuntaba a una buena gestión del suspense y la puesta en escena, así como unos FX artesanales que, según se nos decía, tomaban como referentes el body horror de La Cosa y La mosca… Bueno, pues debería haberme fiado de mi instinto original, y de ese modo me habría ahorrado hacerme ilusiones para acabar llevándome un chasco, con la que ha resultado ser una de las cintas de hombres lobo más mediocres de las últimas décadas.
"Huyamos antes de que a Leigh Whannell le dé por versionar La familia Addams"
Hombre lobo arranca con un prólogo en el que un padre lleva a su hijo a cazar al bosque, para endurecerle el espíritu ante los peligros del mundo; una idea que resulta ser de lo más efectiva, cuando ambos se llevan el susto de sus vidas al toparse con un hombre lobo. Tras eso, la trama salta varias décadas adelante en el tiempo para centrarse en el niño ya adulto, un escritor bloqueado cuya principal ocupación es cuidar de su hija ante la frialdad de su mujer, una ejecutiva amargada y demasiado centrada en el trabajo. El matrimonio, distanciado por las exigencias de la vida moderna, ve la ocasión de recomponerse cuando les llega la noticia de que el padre de él ha muerto, y hay que ir a su choza en el bosque a recoger sus efectos personales. Para allá que se van los tres y, oh sorpresa, resulta que por la zona sigue campando libre un hombre lobo, que por supuesto ataca a la familia y le contagia con la maldición de la licantropía.
"Hombre lobo ha resultado ser una de las cintas de hombres lobo más mediocres de las últimas décadas"
Ahora es cuando yo debería escribir “El problema de Hombre lobo es…”, pero lo cierto es que casi todo en la película son problemas: su minimalista trama y su ritmo desigual dan la sensación de estar viendo un episodio alargadísimo de la última temporada de Black Mirror, su tratamiento “en perfil bajo” del elemento fantástico confunde la contención y el hiperrealismo con el aburrimiento, su uso de la oscuridad y la sensación espacial es visualmente torpe (y esto resulta grave, teniendo en cuenta que la mayor parte del metraje transcurre dentro de una cabaña a oscuras), sus actores andan perdidísimos (Julia Garner, en particular, parece no saber ni dónde poner las manos en según qué escenas), y sus metáforas de fondo sobre los roles de género en la crianza de los hijos, los traumas familiares heredados y la paranoia hipocondriaca post Covid, son groseras y superficiales.
"La familia Addams no puede ser porque no es de Universal, pero La familia Monster sí "
A todo ello hay que sumar aún otro problema más, en este caso ya de pura inverosimilitud de lo que se nos está contando: la exagerada “armadura argumental” de cuerpo entero que protege a las dos protagonistas (madre e hija), y que aniquila por completo toda sensación de suspense. O sea, que vemos a un monstruo absolutamente salvaje, cazurro e implacable, capaz de despedazarte de un solo golpe o infectarte de licantropía con el menor rasguño, pero que cuando tiene delante a Julia Garner se vuelve de repente lento y patoso en sus ataques, o se queda paralizado ante la amenaza de un cuchillito de cocina y un par de gritos de “¡tate quieto!”. No hay por dónde cogerlo.
El hombre lobo es una criatura sobrenatural complicada de hacer interesante. Sin los matices de personalidad o la angustia existencial del vampiro, ni la capacidad metafórica del zombi, acabó quedando desactualizada por culpa de obras como La Cosa o Alien, que supieron jugar de manera más hábil y sorprendente con la paranoia de llevar en tu interior una abominación incontrolable. Sin embargo, cada cierto tiempo ha habido un goteo de nuevos títulos que han sabido hacer cosas estupendas con el mito (Un hombre lobo americano en Londres, Aullidos, Ginger Snaps, Dog Soldiers, Howl…), regenerándolo sin sacar los pies del tiesto. Eso es justo lo que ha intentado Leigh Whannell, pero no le ha salido en absoluto. Será mejor que lo deje aquí, porque imaginar el destrozo que podría hacer con los demás bichos de la Universal que están a la espera de remake, como El monstruo de la laguna negra o La novia de Frankenstein, es para echarse a temblar; y no precisamente de miedo.
INFORME VENUSVILLE
Venusentencia: Congelada en carbonita.
Recomendada por Kuato a: Robert Eggers, para que tome nota de todo lo que no tiene que hacer cuando ruede Werwulf, su anunciado proyecto sobre hombres lobo.
No recomendada por Kuato a: quien piense que, por mala que sea, al menos merecerá la pena por las transformaciones licantrópicas. Tienen menos gracia que las de Teen Wolf.
Ego-Tour de luxe por: la única idea ocurrente es la “lobovisión” del monstruo, que percibe a los seres humanos como meras presas de ojos centelleantes y voces que le resultan una cacofonía ininteligible. No tiene el menor sentido, y el efecto especial se ve cutrillo, pero es ocurrente.
Atmósfera turbínea por: momentos de pretendido gore que arrancan risitas ahogadas por su ridiculez, como el del hombre lobo comiéndose su propio brazo.
■ HOMBRE LOBO. "Wolf Man" (2025). Dirección: Leigh Whannell. Guión: Leigh Whannell, Corbett Tuck, Lauren Schuker Blum, Rebecca Angelo. Reparto: Christopher Abbott, Julia Garner, Matilda Firth, Sam Jaeger, Ben Prendergast, Benedict Hardie, Milo Cawthorne, Beatriz Romilly, Zac Chandler. ESTRENO EN VENUSVILLE: 17/01/2025.
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